César Ramírez
@caralvasalvador
Los debates, según los estudiosos, no cambian la decisión electoral, son escenarios mediáticos que brindan la oportunidad de exponer ideas, propuestas, planes generales de la nación para la palpitante realidad de nuestra sociedad con múltiples necesidades.
La ausencia del tercer candidato fue notable, si consideramos una sociedad plural, democrática, incluyente, con libertad de expresión, además, con todas las condiciones de seguridad, etc., su ausencia no tiene explicación honorable, no tiene defensa; pero también indica un desprecio a logros del pueblo salvadoreño en años de lucha popular contra el autoritarismo, la filiación a un partido político que antes era considerado comunista, de igual forma expresar una voz liberal por los derechos humanos, era suicida apoyar la solidaridad por los desplazados o los masacrados de El Mozote o condenar la muerte de Monseñor Romero, esa herencia “natural” de las generaciones actuales, con la ausencia del tercer candidato es el desprecio a la memoria histórica, a la democracia que disfrutamos, la misma que le permite participar a cualquier candidato siempre que cumpla las reglas legales, es producto del Acuerdo de Paz el 16 de enero de 1992; si ello no significa nada, tampoco tiene respeto a la sangre derramada sin excepción, entonces es comprensible su ignorancia de tan significativo avance.
Entiendo el malestar de algunos amigos por mi opinión, incluso han retirado su amistad tan: “significativa, combativa y revolucionaria” de años junto al pueblo, ahora toman un camino diferente y abandonan sus principios que hace años soñaban con la paz social, ahora optan por una sendero extraño, sin ideología, sin cuestionar al capitalismo, reniegan del socialismo, de su propia hoja de vida, se convierten en codiciosos, eligen el camino siguiendo una zanahoria que nunca alcanzarán e insultan a todos, como quien exige una deuda imaginaria.
Firme es la decisión de votar por la historia, la lucha popular, la sangre derramada, la propia memoria de amigos y amigas, a pesar de tantas encuestas que intentan desmoralizar nuestras aspiraciones, ni tantos insultos gratis, ni tanta miseria de argumentos, nada cambiará mi decisión por una realidad diferente, la cual puede tardar años, tantos como nuestra juventud junto al pueblo, podrán pasar décadas y alzaremos el puño contra los falsos profetas, contra el fascismo, el imperio, defenderemos los derechos de la mujer, etc.
No podemos renunciar a nuestros sueños.
Si mañana la elección se pierde, tengan en cuenta que son cómplices de las mentiras que mañana serán las injusticias.