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Yaneth Estrada
@caricheop
Como es tradición, cada 7 de septiembre, Ahuchapán recibe la víspera del nacimiento de la Virgen Niña con las centenarias luces de los farolitos multicolores que iluminaron las principales calles, que desde muy temprano se llenaron de visitantes de todo el mundo, música y comida autóctona.
Walter Elías, coordinador de la Casa de la Cultura de Ahuachapán, relató que la celebración de los farolitos no tiene un fecha exacta del inicio, aunque muchos historiadores señalan 1850. La tradición data de muchos años atrás (cerca se 150 años).
Además, el experto aseguró que tras una reciente investigación se descubrió que la imagen de la Virgen Niña fue traída de España, durante la Presidencia del General Francisco Menéndez.
Entre las actividades conmemorativas programadas por la alcaldía municipal para los días 7,8,9 y 10 de septiembre están eventos comunales y culturales como exposición de fotografías, batalla de los valores, rinconcito ahuchapaneco, concierto de artistas locales y el concurso de Farolitoarte.
Preparación y tradición
Con muchos meses de anticipación inicia la preparación de los farolitos que son construidos con estructura de madera forrada con papel celofán en diferentes colores y al centro se colocan velas. Luego inicia la preparación y montaje de las figuras que cada año compiten en el concurso que este año fue denominado Farolitoarte.
La creatividad hace un derroche increíble por las calles de Ahuchapán que se llenan de figuras de vírgenes, Iglesias, pozos, árboles e imágenes adornadas por múltiples farolitos de colores que iluminan la víspera del nacimiento de la Virgen Niña.
También la majestuosa Iglesia Católica, llena de ramas de bambú y farolitos, ofrece una misa especial en honor al nacimiento de la Virgen María, que según el calendario católico es el 8 de septiembre y a media noche eleva lámparas de papel al cielo como símbolo de esperanza.
Además, en metros y metros de calles de historia y casas antiguas, los visitantes pueden encontrar música, panes rellenos, churros españoles, ticucos (tamales), papas fritas, venta de artesanía, zapatos, mariachis, actos artísticos, ponche y el calor de salvadoreño que se hace sentir.
El Día de los Farolitos es una tradición que se celebra desde hace más de 150 años en la ciudad de Ahuachapán, aunque algunos lugareños expresan que dicha fiesta se celebra en el Pueblo de Concepción de Ataco.
Es por este esfuerzo de los ahuachapanecos en mantener la tradición como parte de la cultura local, que en la Asamblea Legislativa se aprobó en 2014 por unanimidad, declarar esta tradición como “Patrimonio Cultural Inmaterial de El Salvador».
