Luis Arnoldo Colato Hernández
Educador
La vicepresidencia ha expresado que, tras el cierre de entidades públicas se encuentra la necesidad de ahorrar, suprimiendo plazas, reduciendo municipios, proyectando nuevos impuestos, aumentando los existentes, profundizando las privatizaciones, y un seguro aumento del IVA.
La entidad sorteada ahora es el INSAFOCOOP, al cual se asegura incumple la tarea para la cual fuera creado.
Y por supuesto que no la cumple, lo que es intencionado, pues se lo ha erosionado recortando su presupuesto y su mandato, en suma, erosionándolo desde su interior por el propio régimen para así justificar esto.
Antes se hizo con el Zoológico, el museo de historia natural, las casa de la cultura, con los recortes a educación, salud, de las entidades públicas, limitando al estado a la vez que se le añade grasa, sumando miles de nuevas contrataciones en plazas innecesarias, ocupadas por militantes partidarios, con la sola habilidad de hacer proselitismo, sin dominios de ninguna clase que sean de utilidad para el estado, y sí para el oficialismo, que así asegura la corrupción del mismo, su saqueo, y su temprano anquilosamiento, que eventualmente justificará su privatización.
Debemos acotar que estos cierres y restricciones forzadas al estado se hacen en el marco de las negociaciones con el FMI, el cual las urgió décadas atrás, pareciendo ahora un calco de aquellas, y derivando seguramente en el efecto que todos conocemos: el fracaso, pues ni se ahorró, ni se alcanzó ningún desarrollo ni prosperidad, y en cambio el estado fuera desmontado, despiezado, privatizado, y vendido a precio de me lo llevo para beneficio de una élite voraz y entreguista, que se coludiera con el capital foráneo, para su solo beneficio, por lo que se enriqueció por doble y hasta triple cuenta a costillas del erario público, y sobre la mansedumbre de las mayorías que no dijeron ni mu.
Ahora vemos una nueva edición de lo mismo, pues el oficialismo, que es ilegítimo e ilegal, no solo es descarnadamente corrupto, habiéndose comido primero en apenas meses los ahorros técnicos en las finanzas públicas que legara la administración que le precedió, para luego embarcarse en todos los empréstitos que ha contratado, sin que de esos se derive ningún beneficio público y si un descarado enriquecimiento de la clase política oficialista y de sus rémoras, que solo en el quinquenio pasado adquirió una deuda pública por 11 mil billones ( 11 seguido de 24 ceros) de dólares, que no se reflejan en infraestructura pública ni mejoramiento de salud y educación o de la administración pública en general, mientras las mega obras que se celebran son producto de emprendimientos privados en terrenos públicos -pues bajo la argucia del beneficio público se desposee a pequeños tenedores para luego transformar su heredad en esas propiedades – sin que ello derive más beneficio que el privado.
En conclusión, este ajuste es más de lo mismo, con el efecto agravado y agigantado de la corrupción desmedida a la que ha llevado el golpismo al estado salvadoreño.
Nos vemos en 40 años pagando esta deuda.