Santiago Leiva
@Santileij
La selección de El Salvador tumbó a la débil Belice y colocó su primera piedra con miras a la próxima edición de Copa de Oro. La Azul tuvo literalmente un “paseo de campo”, pero la falta de puntería y carencias para definir la privó de una goleada de escándalo.
Los pupilos del cafetero Eduardo Lara resolvieron el duelo desde el primer acto y eso les permitió jugar a medio gas el complemento, lo que abrió las rejas a un partido bastante aburrido, cargado de impresiones y falto de emoción. La debilidad y pobreza de Belice combinado con la pereza y desaciertos de los azules llevaban al bostezo.
Pese a eso, El Salvador tuvo ocasiones a granel y pudo llevar el 3-1 a una goleada en la etapa final, pero al igual que en el primer episodio les faltó pólvora y ajustar la mirilla a los hombres de la ofensiva.
Al ´50, Darwin Cerén perdió un mano ante el meta Woodrod West, y minutos después, es decir al ´69, Óscar Cerén sacó un disparo al travesaño y luego, en el contra remate y con la puerta de par en par, la voló por los aires.
También Pablo Punyed dejó ir una ocasión clarísima en las instancias finales. El volante quedó solo de frente al marco y terminó rematando sobre el horizontal en el ´84. Demasiada pasividad mostró la Azul en la parte complementaria y eso restó emoción a un triunfo que comenzó a escribirse desde muy temprano.
El Salvador rompió la piñata en el primer cuarto de hora tras un centro de Juan Barahona que fue capitalizado por Gerson Mayén. La conexión entre los tecleños acabó con un testarazo de Mayen al fondo de la red.
Al ´20, fue Barahona quien se encargó de completar la obra. El zurdo se encontró un balón rebotado a la altura del manchón de penalti y la colocó lejos del meta y la zaga beliceña. Tres minutos más tarde Henry Romero decretó el 3-0 después de un saque de esquina.
Pudo la Azul irse al descanso con una mayor ventaja, pero Nelson Bonilla, que se ha peleado con el gol, tiró a las nubes un balón que solo era de soplar y levantar las manos para celebrar.
El pecado de Bonilla se lo cobró Deon McKaulay, el ariete beliceño enfiló a marco y luego de quitarse al portero Benji Villalobos colocó el 3-1 en el ´43.
El resultado se mantendría en el complemento, y valió para que El Salvador sumara su primer triunfo en la Copa Centroamericana de la UNCAF y rompiera una racha de 14 partidos sin conocer la victoria.