Brasilia/AFP
Miles de brasileños protestaron en Brasilia y en otras ciudades del país contra Eduardo Cunha, el jefe de Diputados investigado por corrupción en Petrobras y evasión de impuestos, que ha declarado la guerra al gobierno de Dilma Rousseff e impulsa una agenda conservadora en el Congreso.
Cunha, que integra la poderosa bancada de legisladores evangélicos en Brasilia, maneja desde el inicio del año la agenda política del mayor país de Sudamérica, y tiene en sus manos la decisión de abrir o no un proceso de ‘impeachment’ contra la presidenta.
Acusado de mentir a sus colegas legisladores al negar que tenía cuentas en el extranjero, es también objeto de un proceso disciplinario que podría poner fin a su mandato.
Estudiantes, sindicalistas e integrantes de movimientos sociales protestaron pacíficamente en Brasilia durante la mañana para pedir que Cunha renuncie a la jefatura de la Cámara baja y criticaron su agenda conservadora que busca reducir la edad de responsabilidad penal, dificultar el aborto en casos de violación, flexibilizar el porte de armas y restringir el concepto de familia a la unión entre hombre y mujer.
Cunha «impone retrocesos para la juventud, las mujeres, la población LGBT», dijo a la AFP la líder estudiantil Bárbara Melo, subida al camión que condujo la marcha de unas 4.000 personas por la avenida principal de Brasilia, centro político del país.
«¡Ninguna mujer va a volver a la cocina!», gritó en la marcha Tamara Naiz, presidenta de la Asociación Nacional de Posgraduados. Y los demás estudiantes coreaban: «¡Beso hombre, beso mujer, tengo derecho a besar a quien yo quiera!».
Los manifestantes caminaron pacíficamente rodeando el enorme cantero frente al Congreso, donde acampa un grupo pro-impeachment que quiere la salida de la presidenta y tiene previsto protestar contra Rousseff este domingo.
«Por las leyes que está impulsando y los escándalos de corrupción que lo involucran, Cunha tiene que dejar la presidencia de la Cámara para que Brasil pueda seguir el rumbo de desarrollo», consideró José Lourenço Souza Días, dirigente del sindicato de profesores de Bahía (noreste), que participó en la protesta.
Juventud crítica
Horas más tarde, algo más de medio millar de manifestantes -según datos de la prensa local- se concentraron en el corazón de Sao Paulo para pedir la destitución del polémico legislador.
En un ambiente mucho más joven que en otras marchas, entre el sonido de los tambores y los cantos dirigidos por mujeres contra Eduardo Cunha, Jadir Bonachina tenía muy claro por qué había salido a la calle.
«Estoy aquí para gritar ‘Fora Cunha’, porque representa todo lo peor, es homófobo, machista, traicionó al pueblo, robó de Petrobras y ahora quiere privatizarla. También tiene dinero en Suiza y dice que no sabe nada. Si quiere le doy mi número de cuenta…», ironizó este músico de 31 años.
Aunque todas las atenciones se las llevó la interpretación del jefe de los diputados brasileños que realizó uno de los manifestantes. El ‘falso Cunha’ se paseó en plena Avenida Paulista vestido de traje y corbata, bajo una enorme máscara con la cara del político y una maleta.
Mientras los jóvenes hacían una sentada bloqueando una parte del tránsito, el aplaudido imitador lanzó dólares al aire, enarboló una bandera de Suiza y, finalmente, se encerró detrás de unas rejas negras.
Tras ser acusado por la fiscalía de cobrar sobornos en un megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras, Cunha, integrante del PMDB, el partido de coalición que gobierna junto a Rousseff, declaró la guerra abierta al Ejecutivo.
Su situación se volvió más delicada cuando salió a la luz una nueva investigación de la fiscalía por tener 16 millones de dólares depositados en cuentas en Suiza no declaradas al fisco.
Si bien prestan su apoyo a Rousseff, los estudiantes están en contra del plan de austeridad anunciado por su gobierno, que incluye recortes quirúrgicos en el sensible terreno de los programas sociales, afectando áreas como vivienda, salud y educación.