Sí, el tema de los desaparecidos en el país, pese a que los dos últimos dos ministros de Justicia han asegurado que es un tema puesto en agenda por la oposición, son casos reales y decenas de familias sufren ese flagelo. Recientemente, por ejemplo, la Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Unidad Especializada de Desaparecidos, pidió ayuda urgente para encontrar a una niña de 3 años, una niña de 5 años y una señorita de 25 años. Los nombres de las desaparecidas responden a Karla Jeanette González Mejía, Madelyn Alexandra Mejía González y Alisson Valeria Mejía González, quienes fueron vistas por última vez el 15 de abril del presente año. El lugar donde desaparecieron fue en la colonia Montes de San Bartolo, Soyapango, S.S. a las 10 horas.
Otro desaparecido es Carlos Humberto López, de 67 años, quien fue visto por última vez el 13 de abril en la colonia Llano Verde, calle principal Los Almendros, Ilopango, S.S. sus características son complexión robusta, pelo corto, utiliza lentes y su piel es trigueña. También está como desaparecida Diana Daniela Carpio Mendoza, de 13 años, fue vista por última vez el 18 de abril y el lugar de la desaparición fue en cantón Peña Blanca, municipio de San Julián, en el departamento de Sonsonate.
Los anteriores ejemplos son apenas un par de casos con nombre y apellido, dados por la misma Fiscalía General de la República, lo que respalda cualquier mirada que se haga en el tema de los desaparecidos. Solo en las dos primeras semanas del mes de abril registraban ocho personas desaparecidas.
De acuerdo con la información fiscal, del 1 de enero al 23 de marzo registraban 632 personas desaparecidas, casi similar a los casos registrados en el mismo periodo el año 2020, cuando contaban 649 casos.
Es cierto que, como dicen los funcionarios de Gobierno, entre las denuncias de personas desaparecidas hay de jóvenes que han huido de sus casas por diversas razones, pero, ojo, estos son los menos. El grueso es de desaparecidos producto de la violencia criminal que vive el país.
Los homicidios han disminuid y es una realidad innegable, pero esa disminución no es producto en un cien por cien por el Plan Control Territorial, pues los lugares controlados por la pandillas siguen en control de ellas. En esto lugares, como en Apulo, por ejemplo, pese a la presencia policial, si los vecinos tienen problemas, y se lían en riñas con el vecino, tienen prohibido acudir a la policía, pues están autorizados a llamar al “representante” de la pandilla para contribuir a solucionar el problema. La disminución de los homicidios, de acuerdo con información de El Faro, producto de una investigación periodística, se debe una negociación o diálogo entre representantes del Gobierno del presidente Nayib Bukele y representantes de las pandillas, sobre todo con la MS, la que más “clicas” tiene a escala nacional, le sigue el Barrio 18, el cual está dividido ente “sureños” y “revolucionarios”.
Por lo anterior se colige que no se acepta la cantidad de desaparecidos, porque con ello se echaría abajo el discurso de la efectividad del Plan Control Territorial.
No obstante, los números son altos y reales, eso significa que el Gobierno debe, junto al Ministerio Público, diseñar una política de persecución y combate real y profundo contra este flagelo. Al reconocer esto, en modo alguno se estaría reconociendo la disminución de los homicidios, independientemente de la forma en la que se ha logrado.
Y es que quienes cometen ese delito, en la medida en que el Gobierno lo niegue, o, lo peor, no lo combata, irá en aumento. Así de simple, no por ello grave y complejo.