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Alma Vilches
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El Salvador se estremeció este cinco de enero, cuando un sismo magnitud 6.3 sacudió la tierra y causó alarma en la población, sin reportarse perdidas humanas, ni daños materiales graves.
En horas de la tarde, el presidente de la república se pronunció y señaló que luego del fuerte sismo de esta mañana, han recibido reportes de varios sectores del país y no se reportan daños.
Bukele dijo en redes sociales que hay evaluación de puentes, muros de contención, taludes, presas hidroeléctricas, ríos, lagos, volcanes, edificios públicos, viviendas, hospitales, clínicas, mercados, comercios, fábricas, centros turísticos, centros históricos, parques, playas, puertos, aeropuertos, bases militares, puestos de policía y escuelas, entre otros y “aparentemente, no hay vidas perdidas ni personas heridas, y tampoco se reportan daños materiales significativos”.
Contrario a las declaraciones del presidente, se conoció preliminarmente que luego del sismo se reportaron daños en el mirador de cristal del Parque Nacional El Boquerón, en el volcán de San Salvador. Asimismo, un deslizamiento en el cerro Tecapán, Alegría, departamento de Usulután; daños en la facultad de Humanidades de la Universidad de El Salvador y se ha localizado un desprendimiento de tierra en el Río Las Cañas, donde no se reportan daños.
El sismo ocurrió frente a la costa de La Paz con profundidad de 33 kilómetros, a 29 kilómetros al suroeste de la playa Costa del Sol.
Autoridades descartaron que no existe amenaza de tsunami para El Salvador. El titular del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López habría descartado el peligro del tsunami. El sismólogo, Luis Mixco, explicó que el temblor fue producto del proceso de subducción, en la cual la placa de Cocos se sumerge en la placa del Caribe. Después del sismo magnitud 6.3 se han dado 13 réplicas, de las cuales, 9 han sido percibidas por la población y la máxima fue de magnitud 4.8.
