En tal sentido, los países miembros de la Alianza resaltaron la necesidad de fortalecer la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) como mecanismo de concertación política que reúne a los estados de la región, basado en el principio de unidad en la diversidad.
La declaración final de la reunión saludó además el retorno del orden constitucional en Bolivia, y las gestiones del presidente Luis Arce, tanto en el ámbito interno como internacional, para avanzar hacia la reactivación económica del país sudamericano.
El ALBA-TCP reiteró el reconocimiento a las autoridades legítimas de Venezuela y celebró la próxima celebración de elecciones regionales y municipales, expresión de la sólida democracia participativa y protagónica del pueblo venezolano.
Asimismo, el mecanismo de integración subrayó el apoyo al Gobierno de Nicaragua, y condenó los reiterados intentos desestabilizadores contra la nación centroamericana por parte de Estados Unidos, con el fin de interferir en el desarrollo de los venideros comicios.
La Alianza reafirmó asimismo la condena al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington contra Cuba, así como el rechazo a la campaña de descrédito promovida por el gobierno estadounidense contra la cooperación médica cubana, en medio de la pandemia de Covid-19.
En el ámbito sanitario, los países del ALBA-TCP urgieron a la inmunización universal contra la enfermedad por el coronavirus SARS-CoV-2, así como a asegurar una distribución urgente, equitativa, solidaria, y a precios accesibles de vacunas, insumos y equipamientos.
El mecanismo de integración reconoció además el derecho de los países del Caribe a recibir un tratamiento justo, especial y diferenciado, reafirmamos el apoyo incondicional y necesario para la defensa y promoción de sus justos reclamos y reparaciones.
Rechazó además la actuación del secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, quien ha conducido a ese organismo multilateral por una senda de despropósitos, al legitimar acciones violentas, intervenciones de los asuntos internos y rupturas del orden constitucional en algunos países de la región.
Por último, el ALBA-TCP acordó potenciar el desarrollo de la zona económica complementaria ALBA-Petro Caribe como un modelo de desarrollo productivo y tecnológico.