Buenos Aires / AFP / AVN
Nina Negron
«No venimos a restaurar un régimen, sino a construir una nueva Argentina. Será una Argentina donde todos tengan lugar, con un nuevo horizonte. Estoy seguro que hoy se empezó a parir otro país», aseguró Alberto Fernández ante miles de sus seguidores reunidos en el búnker de campaña.
De bajo perfil y alejado desde hace años de la política activa, Alberto Fernández resultó ser la mejor carta de la exmandataria de centro-izquierda Cristina Kirchner en la carrera por las presidenciales de octubre en Argentina.
Abogado de 60 años, Fernández arrasó con 47% de los votos en las primarias del domingo y alejó casi definitivamente las posibilidades de reelección del liberal Mauricio Macri, quien quedó 15 puntos por debajo con 32%.
Las primarias, a las que concurrió el 75% de los 34 millones de electores, se convierten de hecho en una encuesta a escala real dos meses y medio antes de la primera vuelta presidencial del 27 de octubre, pues las candidaturas habían sido consensuadas de antemano y no hubo disputas internas.
«Fernández es evidentemente la mejor fórmula que pudo buscar Kirchner. No es una opinión, es un dato de la realidad. El resultado es abrumador», dijo a la AFP el consultor Raúl Aragón.
Y además de abrumador, sorprendente. Solo en una ocasión anterior Fernández había acudido a una votación popular, en 2000, cuando fue elegido legislador de la ciudad de Buenos Aires.
Su desempeño más destacado fue como jefe de gabinete del ya fallecido Néstor Kirchner (2003-2007) y también de Cristina, en 2008, con quien rompió al cabo del primer año de gobierno, con declaraciones hirientes, en medio del enfrentamiento de la expresidenta con los propietarios del campo y de los grandes medios de comunicación.
Ese episodio aparece ahora como una muestra de independencia.
«Fernández se le paró a Cristina Kirchner en 2008 y le renunció. Ella no lo pudo controlar entonces, mucho menos podrá ahora» desde la vicepresidencia, en caso de que su fórmula resulte victoriosa, consideró Aragón.
La dupla permitió una unificación de la oposición peronista, disímil y fragmentada, y logró arrastrar el caudal de ella, la figura con mayor intención de voto en los sondeos, y neutralizar a la vez su rechazo, también el más fuerte.
– «Liberal, progresista, peronista» –
El diputado Daniel Filmus, que fue ministro de Educación con Néstor Kirchner, lo destaca como una persona con la que se puede «charlar, distenderse, conversar muchos temas».
«Es un hombre que en diversas circunstancias mostró la capacidad de articular a actores muy diversos y de muy distintas ideas para concertar políticas de mediano y largo plazo», indicó Filmus a AFP.
Sus críticos lo consideran camaleónico por haber acompañado a sectores ultraliberales, como el de Domingo Cavallo, y a los populistas de izquierda, como los Kirchner.
En su defensa, Fernández ha dicho que se siente «un liberal de izquierda, un liberal progresista».
«Creo en las libertades individuales y creo que el Estado tiene que estar presente para lo que el mercado requiera. Y soy un peronista. Estoy inaugurando la rama del liberalismo progresista peronista», aseguró.
En 2015, Fernández dirigió la campaña por las presidenciales de Sergio Massa, otro peronista que había sido jefe de gabinete de Cristina Kirchner, con la que rompió y a cuya alianza política se sumó ahora.
– «Revisar la justicia» –
Entre sus declaraciones más polémicas, Alberto Fernández cuestionó las causas judiciales contra Kirchner y sostuvo que «la justicia no está funcionando bien». «Por lo tanto tenemos que revisar entre todos una alternativa», siguió.
«Esto no quiere decir avasallar su independencia, pero les voy a exigir a los jueces que actúen dignamente», aseveró.
Cristina Kirchner, senadora desde 2017 y por ello con fueros parlamentarios, es indagada en varias causas por presunta corrupción y hay en curso un juicio oral en su contra.
Decenas de sus exfuncionarios también han sido judicializados y varios se encuentran en prisión preventiva o condenados.
Fernández es desde hace 30 años profesor de Derecho en la Universidad de Buenos Aires, donde se graduó.
En los años 1990 fue negociador de Argentina en foros internacionales en el sector de seguros.
– Privacidad y reserva –
La vida privada de Alberto Fernández es poco conocida. En contrapartida, creó cuentas a su perro collie Dylan, en Twitter (@dylanferdez) y en Instagram (@dylanferdezok).
Tiene un solo hijo, Estanislao, de 24 años, de una relación terminada en 2005. Actualmente vive en pareja con la periodista de espectáculos y actriz Fabiola Yáñez, en un departamento prestado de Puerto Madero, uno de los sectores más caros de Buenos Aires. Ella lo acompañó en los festejos tras el contundente triunfo en las primarias.
Entre sus aficiones está la guitarra, compone canciones románticas y es un apasionado del rock argentino. También es fanático de Argentinos Juniors, el equipo en el que empezaron Diego Maradona y Juan Román Riquelme.