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Alcaldía detenga el abuso

A diario y cuando la tarde languidece sobre la quinta avenida norte y calle San Carlos los restaurantes Doña Rosy y La Fogata, entre otros, perturban la tranquilidad de Iglesias y habitantes de la zona con estridente música al aire libre incumpliendo normativas de orden y convivencia.

   En una sociedad libre, cualquiera puede establecer un negocio, ser creativo para atraer la clientela con un buen servicio y productos de calidad, pero nunca justificar su crecimiento y prosperidad sometiendo a un suplicio al vecindario.

  En el caso que se denuncia, lo más grave de ese escándalo es que actúan con bajo la mirada permisiva de la Alcaldía de San Salvador pese al clamor generalizado del vecindario para detener la contaminación de la atmósfera que sobrepasa los niveles permisibles de ruido.

  Conforme la noche avanza al calor del alcohol los gritos, la música y el karaoke actúan como saboteadores de cultos religiosos y dejan a los vecinos sin poder escuchar ni la televisión.

   Hasta hoy la comuna capitalina ha fracasado en su papel de detener semejante escándalo que finaliza a la medianoche.

  El grado de impunidad llega al extremo que uno de los restaurantes con todo aspaviento anuncia para el 14 de diciembre la presentación de estridentes orquestas. La pregunta es si la alcaldía ya lo autorizó.

   Hasta hoy, si es que las hubo, todas las inspecciones han sido infructuosas. Aquí se puede inferir el dicho de que en guerra avisada no hay soldado vencido, y por eso no se detiene el escándalo ahora diurno y nocturno.

   Ante la inacción de la alcaldía los vecinos claman la actuación de oficio de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y la Fiscalía. El Tribunal de Ética bien podría revisar las actuaciones de los funcionarios de la alcaldía.

La gran pregunta es: ¿qué está de por medio?, ¿por qué los violadores de las ordenanzas atentan con toda libertad a la intranquilidad ciudadana?

   Los funcionarios municipales deben tener claro que tienen la obligación de actuar con responsabilidad para restablecer la sana convivencia.

   Como parte de la administración pública, la alcaldía es la encargada de aplicar la ley sin preferencias y conforme al artículo 63 de la Ordenanza Para la Convivencia Ciudadana de San Salvador, proteger a los ciudadanos de aquellos que perturban el descanso y la tranquilidad pública de la zonas residenciales mediante volumen alto, persistentemente o reiterado en horas nocturnas.

    Aquí de lo que se trata es de recuperar la paz auditiva, no es posible que dos o tres restaurantes sometan al suplicio auditivo. No se trata de que bajen volumen, es que no se permita alteración alguna a la paz.

   Señor alcalde, usted anunció hace unos días en su cuenta en Twitter que procedió con infractores en la colonia Escalón. Pero la responsabilidad no es solo de El Salvador del Mundo al oeste, es en todos los rumbos de la ciudad, independientemente de su condición social.

   Alcalde @emuyshondt haga respetar la ordenanza. Aplique el slogan “San Salvador es tuyo” para todos.

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