Por Claire Gallen
París/AFP
Islote de prosperidad en medio de la crisis, Alemania pasó a ser en 2012 el principal destino de la inmigración en Europa, y el segundo entre los países de la OCDE después de Estados Unidos, indica un informe de la organización publicado este lunes.
«Después de Estados Unidos, Alemania es ahora el segundo más importante país de inmigración, cuando ocupaba el octavo lugar en 2009», señala la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su informe anual sobre las migraciones.
Alemania recibió cerca de 400.000 inmigrantes en 2012, último año del que la OCDE tiene datos completos.
Ese número es inferior al millón de llegadas registradas por Estados Unidos, pero superior al del Reino Unido (286.000), Francia (259.000) e Italia (258.000).
España, por su parte, recibió 336.100 personas en 2012, una cifra en clara baja si se compara a la del año 2011, que fue de 416 300.
Gran parte de las «entradas permanentes» a Alemania proceden de la propia UE. La buena situación económica alemana atrajo a migrantes de Europa Central y del Este, países con fuertes vínculos tradicionales con Alemania, pero también de países del sur de Europa, fuertemente golpeados por la crisis.
En un país confrontado al envejecimiento de la población, recientes modificaciones de la ley facilitaron también la inmigración de ciudadanos de terceros países, señala el informe.
Francia registra una progresión regular de las entradas: +8% desde 2011, +21% en cinco años.
En cambio, en España e Italia, países con altísimas tasas de desempleo, la inmigración se redujo en pocos años, cuando ambos ocupaban el segundo y el tercer lugar en 2007.
En general, la crisis hizo que se redujera en Europa la migración procedente de terceros países, con una cifra de 950.000 en 2012 (a comparar con 1,4 millón en 2007). Por primera vez, ese total es inferior al de emigrantes legales que entraron en Estados Unidos.
En total, los flujos de migración permanente bajaron 0,8% en 2012 los países de la OCDE, y se espera que aumenten 1% en 2013. Los países de la OCDE tienen hoy 115 millones de inmigrados, «es decir aproximadamente el 10% de la población».
‘Un recurso y no un problema’
El perfil de los emigrantes ha cambiado en unos años. China sigue siendo el principal país de origen, pero los flujos procedentes de Europa del este fluctuaron (en alza y luego en baja), mientras que los de América Latina disminuyen regularmente.
Los emigrantes son hoy «más instruidos que sus predecesores», ya que el porcentaje de ellos que tiene un nivel alto de educación «aumentó un 70% en el último decenio».
La migración de trabajo ha disminuido continuamente desde 2007/2008, y cae aproximadamente un 12% en 2012.
En lo que respecta al asilo, Alemania era también el primer país por el número de solicitudes en 2013 (110.000), muy por delante de Estados Unidos (68.000) y Francia (60.000), según el informe.
En total 556.000 personas pidieron asilo en los países de la OCDE el año pasado, «un claro aumento de 20%, debido principalmente a la persistencia de la situación en Siria», país del que procedían 47.800 solicitantes de asilo el año pasado, más que de Afganistán (34.500).
Ante esos cambios, el informe señala que los objetivos de las políticas públicas han cambiado, «al igual que la percepción del rol de las migraciones». «Hoy el debate se focaliza más en la cohesión social y menos en las necesidades urgentes de reclutamiento».
La OCDE insta a no sacrificar los beneficios a largo plazo en aras de preocupaciones más inmediatas, como «los ciclos políticos cortos y la hostilidad de la opinión pública».
La organización señala la complejidad de la problemática, entre necesidad de mano de obra y objetivos de integración, por ejemplo, y recalca que «hay que ver en los migrantes un recurso y no un problema, y en las políticas de integración una inversión».