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Alemania se devora a Brasil y espera a Argentina u Holanda en final

Sao Paulo/dpa

La historia del deporte hizo escala en Belo Horizonte con un impensable 7-1 sobre Brasil que instaló a Alemania en la final de un Mundial a la que Argentina y Holanda intentarán llegar hoy.

“Creo que explicar lo inexplicable es complicado. Tenemos que reconocer el gran fútbol alemán, store un equipo que viene jugando junto hace seis años”, discount dijo el arquero brasileño Julio César, nurse que nunca antes en sus partidos con la “seleçao” debió buscar tantas veces la pelota entre sus redes.

El “Maracanazo” de 1950 que le dio a Uruguay el título mundial en Brasil se redujo casi a anécdota durante la debacle brasileña en el estadio Mineirao. Desde ayer existe el “Mineirazo” para sumarlo a la lista de frustraciones del fútbol brasileño, el más exitoso de la historia de los Mundiales.

“Estamos aquí para ser campeones y aún nos queda un partido muy difícil por delante”, dijo el centrocampista Toni Kroos, autor de dos goles y declarado mejor jugador del choque.

Thomas Müller, Miroslav Klose, Sami Khedira, André Schürrle y Toni Kroos, los dos últimos por partida doble, anotaron los goles de la máquina aplanadora en que se convirtió la selección alemana, que ganaba 5-0 antes de la media hora de juego. Oscar descontó en el 90 para maquillar las cifras en el mayor impacto vivido hasta ahora en Brasil 2014.

El equipo dirigido por Joachim Löw hizo una exhibición de fuerza y viajará a Río de Janeiro para la final del domingo como gran favorito.

“Un 7-1 no es un resultado normal entre dos potencias, sucede muy de tanto en tanto”, observó Alejandro Sabella, entrenador de una selección argentina que retrasó su entrenamiento para ver la debacle de su vecino e histórico rival.

Gane quien gane mañana en Sao Paulo, el estadio Maracaná albergará una reedición de final mundialista: la de 1974 con Holanda o las de 1986 y 1990 con Argentina.

Lo que no verá el legendario estadio carioca será un nuevo “Maracanazo”, porque Brasil estará el sábado en Brasilia jugando por el tercer puesto.

Aquel 2-1 de 1950 ante 200.000 espectadores fue una derrota traumática para Brasil, que luego se recuperó ganando cinco títulos mundiales y convirtiéndose en el “país del fútbol”. La de ayer en el Mineirao fue sencillamente humillante: tras el 1-0 de Müller a los 11’, Alemania convirtió cuatro goles más en un lapso de seis minutos, entre el 23’ y el 29’.

Sin el talento de Neymar, lesionado, y sin el muro de Thiago Silva, sancionado, la “verdeamarela” fue un monigote en manos del equipo alemán y acabó abucheada por una hinchada que no creía lo que veían sus ojos y que dedicó “olés” al conjunto rival.

Las estadísticas quedaron pulverizadas. Brasil recibió la peor derrota de su historia desde el 6-0 que le propinó Uruguay en 1920. Además, perdió la imbatibilidad en casa que sostenía desde 1975 en partidos oficiales.

Pero no sólo eso: Klose le arrebató además el récord histórico de goles en Mundiales con 16 tantos a uno de los grandes del fútbol brasileño, Ronaldo. Nunca antes una semifinal de un Mundial se había resuelto con un marcador tan abultado. De hecho, Alemania se quedó a sólo un gol de su mayor goleada en Copas del Mundo, el 8-0 con el que ganó a Arabia Saudí en 2002.

“Lo de hoy (ayer) fue una exhibición, una clase magistral de lo que es fútbol”, dijo a dpa el argentino César Luis Menotti.

“Brasil no jugó nunca al fútbol en este Mundial”, añadió el técnico que llevó al título mundial a la Argentina en 1978.

Gran nación del fútbol y tricampeona mundial, Alemania recordará probablemente por siempre su victoria en Belo Horizonte, ciudad que, por el contrario, quedará inscrita en la historia negra del fútbol brasileño. Miles de aficionados abandonaron sus asientos a lo largo de un partido que mostró escenas de “shock” en las gradas.

Todo le funcionó a la perfección al equipo de Löw, que pudo incluso ganar por más con sus contragolpes en el tramo final del partido.

Alemania encontró la clave en cuartos de final ante Francia, cuando retrasó a Philipp Lahm al lateral derecho y puso a Klose en la punta de ataque.

La goleada desató una conmoción mundial, con varias referencias al partido como “trending topics” en la red social twitter, mientras cientos de miles de alemanes salían a celebrar en las calles de buena parte del país.

“Es una humillación de una escala sin precedentes. La nación más exitosa de la historia del Mundial, con los aficionados más apasionados, se fue del torneo llorando”, escribió el británico “The Times” en su página web.

“Disculpas a todo el mundo”, dijo entre lágrimas y con la voz entrecortada el central David Luiz, quien asumió la capitanía de la selección anfitriona en sustitución de Thiago Silva.

“Yo sólo quería darle una alegría a mi pueblo. A mi gente, que sufrió tanto, tantas cosas”.

Un pueblo que ganó mucho con una pelota en los pies, pero que tendrá grabado por años y años el sufrimiento sin límites provocado por una Alemania, que, a medida que avanzaba el partido, pareció avergonzarse de celebrar sus goles. Tan abrumadora había sido la diferencia.

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