Por Karam Al-Masri/Maya Gebeily
Alepo/Beirut/AFP
Los combates en los barrios rebeldes de Alepo se recrudecían este jueves, donde los bombardeos provocaron numerosos incendios, mientras los principales países implicados en el conflicto sirio intentaban alcanzar un nuevo acuerdo de tregua.
Los jefes de la diplomacia se reunirán más tarde este jueves en Nueva York tras el llamamiento del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, que advirtió que el conflicto está «en un momento decisivo».
La última tregua, negociada entre Moscú y Washington, fracasó el lunes y hay de nuevo combates en todos los frentes en un país que lleva más de cinco años en guerra.
Este jueves se vivieron violentos combates en los barrios de las afueras de Alepo mientras en el centro las zonas rebeldes estaban en llamas por los bombardeos.
Un periodista de la AFP explicó que en su barrio de Bustane al Qasr bomberos voluntarios pasaron toda la noche luchando contra las llamas.
Según el Aleppo Media Center, un grupo antigobierno, el fuego fue provocado por «bombas de fósforo». En un video difundido por el grupo, se ve una bola de fuego en el cielo en lo que parece ser Alepo.
«Horribles imágenes de edificios de viviendas en llamas tras los bombardeos del gobierno/rusos con bombas de fósforo en Alepo», escribió en Twitter un periodista local, Hadi al-Abdallah.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) hubo al menos 14 ataques aéreos contra los barrios rebeldes de Bustane al Qasr y Al Kalasé.
Según Rami Abdel Rahman, director de esta oenegé, se trata de «los ataques más intensos desde hace meses» en estos barrios que mataron a siete personas, entre ellas tres mujeres y tres niños.
El OSDH también dijo que hay combates en Al Ramusa, un barrio del suroeste de Alepo, donde los rebeldes intentan frenar una ofensiva de las fuerzas gubernamentales.
También hay enfrentamientos en las provincias del centro de Siria Hama y Homs y en las regiones rurales del este de Damasco (Guta Oriental), un bastión rebelde.
Nuevos convoyes de ayuda
La ONU anunció este jueves que volvería a mandar convoyes de ayuda humanitaria por carretera hacia una zona asediada, cerca de Damasco.
A pesar de la violencia, los esfuerzos diplomáticos siguen en Nueva York, donde se está celebrando la asamblea general de la ONU, con una nueva reunión el jueves del llamado Grupo Internacional de Apoyo a Siria (GISS), formado por 23 países y organizaciones internacionales.
El GISS, copresidido por Estados Unidos y Rusia, ya se reunió esta semana para intentar poner fin a una guerra que ha dejado más de 300.000 muertos.
La tregua que fracasó el lunes fue el resultado de negociaciones en Ginebra entre el secretario de Estado norteamericano John Kerry y de su homólogo ruso Serguéi Lavrov.
Pero el lunes fracasó tras sólo una semana y el ejército sirio anunció la reanudación de los combates.
Lavrov no excluye una nueva tregua pero advirtió que no puede haber una «pausa unilateral» de los combates sólo por parte del ejército del presidente Bashar al Asad. Por su parte Kerry fue más prudente y admitió que «será difícil».
En Nuevo York, ambos ya tuvieron contactos el miércoles durante el Consejo de Seguridad de la ONU pero sin resultado.
Kerry había exigido a Moscú que los aviones sirios se quedaran en tierra y que «prohibiera» a Damasco bombardear a la oposición y los civiles.
El embajador sirio ante la ONU, Bashar al-Jaafari, le respondió que Estados Unidos está llevando a cabo una «guerra de propaganda inmunda» mientras su país lucha contra «decenas de miles de terroristas».
En Moscú, el ministerio de la Defensa afirmó por su parte que un dron Predator de la coalición militar liderada por Washington estaba en la zona donde un convoy humanitario fue bombardeado, una información desmentida por el Pentágono.