Yaneth Estrada/
AGENCIAS
El Comité en Solidaridad con el Pueblo Salvadoreño (CISPES) dice que le preocupa la cercanía del Presidente Electo Nayib Bukele con las élites conservadoras y empresariales de los Estados Unidos, dando señales de alerta de que su auto-proclamada “independencia”, es más bien un encubrimiento para una “agresiva agenda de derecha”.
Lo anterior, dice CISPES, tomando en cuenta, la participación pública de Bukele en la Fundación Heritage, considerada por años “uno de los más notorios laboratorios de ideas conservadoras de Estados Unidos, que jugó un papel clave en el desarrollo de la política durante el gobierno de Ronald Regan y recientemente ha dado apoyo al gobierno de Donald Trump”.
Durante su discurso del 13 de marzo, como sacado del mismo sitio web de la Fundación Heritage, Bukele aseguró a su público que el pueblo salvadoreño quiere “la misma cosa que quieren los americanos,” es decir, “empresa libre, gobierno limitado, libertad de expresión y democracia.”
Repitiendo una narrativa familiar de “valerse por sí mismo”, culpó a los salvadoreños por los problemas que enfrenta el país, sin reconocer el papel que han jugado las políticas capitalistas respaldadas por los Estados Unidos.
“Las políticas que promueve Bukele para una ‘nueva era’ en El Salvador se parecen exactamente a lo que los gobiernos de derecha hicieron por 20 años después de la guerra. ARENA llevó a El Salvador a una deriva hacia el fondo, aparentemente para atraer la inversión extranjera. Los resultados han sido alarmantes niveles de desigualdad, los cuales finalmente se habían empezado a revertir bajo el gobierno progresista,” dijo Alexis Stoumbelis, Directora Ejecutiva del Comité en Solidaridad con el Pueblo de El Salvador (CISPES).
Pero quizá el más inquietante comentario del presidente electo fue sobre la inmigración. Apelando abiertamente a la política anti-inmigrante de los nacionalistas anglos impulsada por el gobierno de Trump. Además, cuando se le pidió comentar sus propuestas y apoyo para los compatriotas amparados al programa de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y los DREAMers, Bukele guardó silencio y en su lugar, atacó a su ex-partido, el FMLN, recuesda CISPES.
“Como hija de inmigrantes salvadoreños que salieron de El Salvador durante la pasada guerra civil financiada por los Estados Unidos y Ronald Regan, para mí es desconcertante escuchar al futuro presidente de El Salvador argumentar que los salvadoreños deben ‘hacer más’ para merecer un trato humano y derechos básicos”, manifestó Yesenia Portillo, organizadora de CISPES radicada en Washington, D.C.
Esther Portillo, de la Alianza por los Derechos Humanos de las Familias y Niños Refugiados de Los Ángeles, sostuvo que “más allá de la total falta de reconocimiento de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos que los Estados Unidos está perpetuando contra los migrantes y refugiados centroamericanos, Bukele culpó al gobierno salvadoreño por su defensa de los derechos internacional mente protegidos de sus ciudadanos”.
Asimismo, el Fondo Salvadoreño-Americano para el Liderazgo y la Educación (SALEF, por sus siglas en inglés) enfatizó que “después de la guerra civil en El Salvador, la inmigración del país aumentó debido a las consecuencias perjudiciales de la dolarización y la creciente privatización de bienes y servicios públicos”.