RT/AFP
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC) emitió el miércoles una alerta por la posible formación de un huracán, apodado ‘Barry’, que, según el patrón de trayectoria, podría tocar tierra en algún punto de la costa central estadounidense del Golfo de México durante el próximo fin de semana.
En este sentido, el organismo indicó que analiza un sistema de bajas presiones en el Golfo de México, que tiene altas probabilidades de convertirse en una depresión tropical el jueves por la mañana, en una tormenta tropical ese mimo día y en un huracán el viernes.
Los meteorólogos de Estados Unidos han pedido a la población estar atenta ante la posibilidad de crecidas del mar, inundaciones y lluvias en distintos puntos de la costa que va desde Texas hasta Florida.
Una de las áreas más afectadas por las lluvias recientes en la costa del Golfo de México es la ciudad de Nueva Orleans, que en 2005 sufrió una fuerte devastación por el huracán Katrina.
La temporada de huracanes del lado del océano Atlántico comenzó oficialmente el 1 de junio, pero días antes, el 20 de mayo, se formó la tormenta subtropical ‘Andrea’ cerca de Bermuda, la cual no causó daños.
«Las condiciones parecen propicias para que ese sistema se transforme en huracán a medida que se acerca a las costas [estadounidenses] en el centro del golfo» de México, según el Centro Nacional de Huracanes.
– Nueva Orleans se prepara –
Nueva Orleans y el resto de la costa de Luisiana se preparan para afrontar la llegada de una tormenta tropical que puede convertirse en huracán, según los servicios meteorológicos de Estados Unidos.
La ciudad más conocida de Luisiana, construida en parte bajo el nivel del agua, ya está en situación de alerta por inundaciones y tornados debido a fuertes tormentas.
En algunos barrios del área metropolitana de Nueva Orleans, como Jefferson, cayeron entre 10 y 15 centímetros de lluvia y se esperaban aún entre cinco y ocho centímetros más.
La perspectiva de un huracán antes del fin de semana, que sería el primero de la temporada en el Atlántico y se llamaría Barry, incitó a los servicios meteorológicos a emitir varias prealertas.
Un ciclón podría provocar una peligrosa subida del nivel del agua e inundaciones costeras en las próximas 48 horas.
A las 15H00 GMT, la tormenta se encontraba a 270 kilómetros al sureste de la desembocadura del Misisipi.
Sus vientos soplaban a 45 km/h, muy por debajo del umbral necesario para convertirse en un huracán: 119 km/h. Se espera que la tormenta produzca una acumulación de lluvia de entre 15 y 30 centímetros hasta comienzos de la próxima semana.
Las autoridades locales han multiplicado las advertencias, sobre todo porque el río Misisipi ya ha alcanzado los 4,9 metros de altura en Nueva Orleans, cerca de su nivel de crecida de 5,18 metros.
El dique que protege la ciudad puede frenar una crecida de 6,10 metros, un nivel que podría alcanzarse el sábado por la mañana, según los meteorólogos.
La alcaldesa de Nueva Orleans, LaToya Cantrell, cerró el Ayuntamiento y pidió a los empleados cuya labor no es esencial para la ciudad que permanecieran en sus casas. El aeropuerto de la ciudad registró varios retrasos en los vuelos.