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Tomado de VENEZUELA NEWS
Fuentes internacionales allegadas a esta agencia de noticias informaron este miércoles por la noche que el gobierno de Estados Unidos pretende boicotear la XXVIII Cumbre Iberoamericana de jefes y jefas de Estado y de Gobierno que se celebrará en República Dominicana, durante los días viernes 25 y sábado 26 próximos. Esta edición en Santo Domingo, con los 22 países miembros de habla hispana y portuguesa de Europa y América Latina, será la primera luego de las severas restricciones de la pandemia de la covid-19.
Pues bien, el plan del gobierno de Joe Biden, aseguran estas fuentes reservadas que se comunicaron con Venezuela News, sería intentar que Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) sea invitado a participar en la cita internacional. De suceder, el funcionario uruguayo entonces se encargaría de «hacer su último show» arremetiendo contra los gobiernos legítimos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Almagro volvería con su gastada narrativa sobre una supuesta «falta de democracia» y «violación de derechos humanos» en estos tres países caribeños.
Estaría previsto además que los presidentes de derecha de Ecuador, Paraguay y Uruguay se adhieran al boicot premeditado.
Lo anterior se planifica en medio de campañas permanentes para intentar desacreditar a los gobiernos de las naciones mencionadas. Por ejemplo, en días recientes, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió, una vez más, su informe en el que pretende (des) calificar la actuación de varios ejecutivos soberanos, en materia de derechos humanos.
Bajo investigación
Lo cierto es que el comisionado para agredir a Venezuela, Cuba y Nicaragua es un personaje oscuro, calificado de traidor y venido a menos, que saldrá próximamente por la puerta trasera de la OEA. Desde hace meses, Luis Almagro está en el ojo del huracán por una relación sentimental con una asesora, que le llevó a cometer varias irregularidades.
Al diplomático se lo acusa de haber realizado 34 viajes en un lapso de dos años, al menos 15 de ellos a solas con la funcionaria, haciéndolos pasar por periplos de trabajo. Pero además se lo señala por otorgar a esta mujer, de manera preferencial, ascensos en el organismo.
El código ético de la OEA estipula que sus trabajadores «no deberían consentir que ninguna relación íntima con otro miembro del personal o colaborador interfiera en el ejercicio de sus funciones ni represente un obstáculo para otros en el puesto de trabajo».
