Por: Licenciada Norma Guevara de Ramirios
La salud del pueblo debería ser siempre prioridad en la política pública, más que el rearme de los ejércitos y el embrutecimiento de las policías. Lastimosamente en nuestro país vamos para atrás en materia de salud.
Las noticias sobre la salud del pueblo se nos presentan dispersas, pero forman parte de una sola realidad, que el Colegio Médico señala como: “indignación por la conducta de los responsables de las políticas de salud, del estado carencial en los hospitales y centros de atención de primer, segundo y tercer nivel, del trato laboral antijurídico a los médicos, por una flagrante violación a la libertad de expresión, al exigir a los internos que borren cualquier mensaje o referencia al Colegio Médico”.
Nos dicen las noticias que aumenta la neumonía en menores de 9 años, que aumentan las diarreas, que solo en el mes de julio se registraron 3,700 casos de Covid 19 en red pública y unos 20 casos semanales en centros privados.
Los análisis de la información documentada sobre muertes maternas indican el retroceso que experimenta el país, después de que llegó el actual gobierno, pues eran indicadores que habían logrado reducirse entre los años 2008 a 2018. En ese período, las políticas de salud habían permitido bajar de 49 muertes maternas por cada 100,000 niños nacidos vivos, a 28.6 y, en este corto tiempo del actual gobierno, esa cifra ha vuelto a crecer hasta 61 muertes, es casi triplicar.
No ocurre por casualidad, es que el gasto de salud pasa para otros rubros como propaganda o gasto militar y policial, se disminuyeron los ECOS y, como indica el Colegio Médico, hay carencias en los hospitales y centros de atención en todos los niveles.
A lo anterior se agrega el trato a los profesionales encargados de atender la salud, señalados como malos tratos, antijurídicos, represivos a la capacidad de denunciar y de alertar sobre esas carencias, que son carencias de medicamentos, materiales y hasta de menos personal, mientras aumentan los factores que desencadenan enfermedades, como la carencia de alimentos o disminución de la calidad de alimentos por el empobrecimiento de decenas de miles de familias, en el campo y en la ciudad.
No se despliegan contingentes de médicos y enfermeras sobre una región afectada. Si las carencias son generales en los tres niveles, eso indica que, con menos recursos y en medio de malos tratos y temores a la represión al sector salud, las condiciones de atención serán menores; pero sí se despliegan contingentes de militares y policías sobre poblaciones, como la que ocurre ahora en el departamento Cabañas.
¿Dónde está la priorización para la salud? Los hechos demuestran que la prioridad está en otro campo, que se supone es la seguridad pero que en realidad la seguridad de salud, de educación, de apoyo a la producción, ¿dónde están? De mucho de esto depende tener confianza, alegría, felicidad y menos miedo.
Pero si hasta a los profesionales, como a los médicos, les reprimen por hablar o reproducir un mensaje, ¿de qué seguridad habla el gobierno y su propaganda? Hasta ellos tienen miedo a que se diga la verdad, a que se exprese el pensamiento, a que se exija respeto, a que se señalen las carencias que viven los hospitales para atender a la gente.
En otra comunicación, el Colegio Médico aconseja a la población guardar las medidas de higiene por los casos de diarrea y el COVID 19, en sus nuevas variantes. Desafortunadamente no todo mundo lee un mensaje de ese tipo, como sí puede llegarle (pagado con los impuestos) la propaganda del gobierno sobre la forma de desarrollar el operativo militar, los juegos centroamericanos o el llamado a publicar los audios de la polémica entre sus diputados y su asesor de seguridad.
Esos mensajes llegan a más personas porque son parte de la publicidad para producir imagen, mientras sigue en abandono la salud pública para el pueblo necesitado.
Es importante expresar solidaridad con los médicos valientes que, superando el temor a las represalias del gobierno, señalan el origen de por qué las citas son tan tardadas, de por qué no se da la medicina, o por qué mueren más niños y adultos mayores de enfermedades que, atendidas a tiempo, pueden ser superadas y recuperada la salud.
Hagamos eco de esa realidad para unir fuerza de pueblo y exigir un cambio en las prioridades del gobierno, el pueblo es el mandante, no lo olvidemos.