Oscar López
@OscarCoLatino
“Ahora no solo nos quedamos con lo mismo, a decir vamos a sembrar maíz y sembrar frijol, ahora podemos implementar otra cosa”, esas fueron las palabras con las que José Guillermo Marinero, estudiante de primer año de bachillerato del Complejo Educativo Caserío Rodesia, externó su satisfacción por integrar un proyecto de panadería impulsado por su centro de estudios.
Desde el inicio del presente año escolar, en el Complejo Educativo Rodesia, del municipio de Sonsonate, se ejecuta un proyecto en el que se enseñan habilidades a los jóvenes que allí estudian, un grupo decidió por panadería, otros estudiantes optaron por la crianza de pollos.
Marinero afirmó que los proyectos permiten a los estudiantes “generar habilidades” para su desarrollo laboral. “Nos permite crear una micro empresa, para integrar a los jóvenes, así erradicamos eso que dicen que los jóvenes no podemos hacer algo, sí podemos”, dijo.
Con cierta timidez reflejada en su tono de voz, Marinero comentó que en muchas ocasiones es difícil para compaginar los estudios con el proyecto de panadería, ya que la elaboración de donas es un proceso al que debe dedicarle tiempo.
“Tenemos que dejar unas horas de clase por meternos al proceso en la panadería, porque con las donas se necesitan tres horas. Los maestros nos han ayudado bastante, nos han acoplado las clases”, explicó Marinero.
En cuanto al apoyo de sus familias, los jóvenes involucrados en el proyecto de panadería coincidieron en que su núcleo familiar respaldó el proyecto por considerar que les brindaría herramientas para su desarrollo.
El joven estudiante junto a otros de sus compañeros inició un proyecto de elaboración y venta de donas, esto debido a que el Complejo Educativo no cuenta con un horno, lo que les imposibilita fabricar otro tipo de pan.
Para iniciar el proyecto fue necesario que estudiantes y centro educativo financiaran la compra de los insumos necesarios, sin embargo, ahora son comprados con la ganancia de la venta de las donas, por lo que se puede decir que el proyecto se autofinancia.
“En Rodesia no hay panaderías, solo llegan a dejar el pan, queremos crear esa micro empresa para surtir las tiendas, que el pan sea de allí que no sea de otro lado. Estamos pensando en comprar un horno, son algo costosos, estamos pensando que ese horno quede en la escuela para que otros jóvenes puedan aprender este oficio”, declaró Marinero.
Rosa Elizabeth Mauricio, directora del Complejo Educativo Caserío Rodesia, explicó que con la implementación de nuevos procesos de formación, el docente cambió su rol en lo referente a las metodologías y estrategias que ayudan a facilitar el aprendizaje en los estudiantes.
La directora del complejo educativo reconoció que el proceso para crear e implementar los talleres con los jóvenes “ha sido un proceso lento, porque es de cambiarle la idea a los padres de lo que es educar, eso no ha sido fácil”.
Mauricio agregó que en la zona rural muchos padres niegan el permiso a sus hijos para que asistan a los talleres formativos, esto a pesar de que los estudiantes manifiestan su interés de asistir a los mismos en jornada extendida. “Vamos avanzando en eso, la gente ya en un buen porcentaje ha cambiado su paradigma de qué es realmente la educación y para qué hay que educar a los niños en la vida diaria”.
La directora indicó que el objetivo de los talleres vocacionales es “instalar al final micro empresas o cooperativas administradas por los alumnos, que generen empleos no solo para ellos (estudiantes) sino para otros jóvenes que no tuvieron la oportunidad de formarse académicamente”.
Mauricio comentó que en ambos proyectos productivos “hay avances” entre los que destaca la capacidad que adquirieron los estudiantes para afrontar los problemas reales.
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