Sin lugar a dudas, la mejor propuesta para la reforma del Sistema de Pensiones era la que presentaron los trabajadores, pero no tuvo eco en la Asamblea Legislativa porque en esta predomina la derecha y sus intereses.
Por eso es que hay que considerar las reformas logradas como un triunfo, dado que se impidió que las fracciones legislativas, encabezadas por ARENA, aprobaran la propuesta que presentaron las AFP, y respaldada por la ANEP y FUSADES.
La derecha utilizó como presión, para ganar correlación a su propuesta, el miedo, utilizando una mentira: que el Gobierno pretendía robarse los ahorros de los cotizantes. Es más, cuando el Gobierno hace más de un año propuso que se reformara la ley que dio vida al sistema privado de pensiones, la derecha, es decir, las AFP, la ANEP, FUSADES y ARENA se negaban a realizarla, bajo el siguiente argumento: “El Gobierno quiere confiscar los ahorros de los cotizantes”.
En el transcurso del año quedó claro que el Gobierno nunca quiso despojar de los ahorros a los cotizantes, sino por el contrario, enmendar parte del problema que generó la privatización de las pensiones, y si alguien robó a los cotizantes fueron las AFP, pues una masa de los ahorrantes que nunca se jubilaron, les quedó en sus arcas, sin tomar en cuenta que se han llevado un mil 400 millones de dólares en concepto de comisiones, y que además le mintieron a los cotizantes desde un principio.
Les mintieron, cuando les dijeron que el sistema privado les garantizaba pensiones dignas, cuando lo que daban era no más del 35% del salario, y que la pensión duraba mientras duraba el ahorro que no era superior a los siete años, a lo sumo diez años.
Una vez terminado el ahorro, el pensionado recibía del Estado la pensión mínima ($226), y dado que el Gobierno no recibía cotizaciones, se tenía que endeudar para pagar esas pensiones.
Es decir, el debate de la reforma dejó en claro muchas cosas que ARENA y la derecha legislativa tenía invisibilizadas, desde la privatización hasta quiénes eran los verdaderos ladrones de los fondos de los cotizaciones, si utilizamos los mismos conceptos que ellos usaron en su campaña a favor de las AFP.
La reforma, si bien no llenó las expectativas de los trabajadores, trajo un alivio para el Gobierno, pues, no solo logró quitarse la presión para pagar a las AFP las pensiones del último trimestre del año, sino que le permite mecanismos de financiamiento, vía endeudamiento, para los próximos años.
Creemos que la clase trabajadora debe seguir luchando porque una reforma permanente de pensiones pase por eliminar a las AFP, pero, eso implica cambiar la correlación en la Asamblea Legislativa, es decir, elegir menos diputados de derecha, pues ha quedado claro, ellos defienden solo los intereses del sector empresarial.