Rosmeri Alfaro
@RosmeriAlfaro
Iglesias de diferentes denominaciones se unieron en oración para pedir por los problemas que aquejan al país, entre ellos, “el sufrimiento silencioso de niños y niñas que son víctimas de violencia física, emocional y sexual”.
Los fieles pidieron por el respeto a la vida desde su concepción, por una educación desde temprana edad con valores y principios, que revierta el deterioro moral y espiritual “que hoy impera”.
Por Decreto Legislativo número 161, en el 2003 el congreso salvadoreño decretó cada 23 de noviembre como el “Día Nacional de la Oración por El Salvador”.
Los cristianos elevaron su clamor: “por los jóvenes que no ven otra solución para sus vidas que incorporarse a grupos en donde sus sueños son truncados y sus vidas cegadas”.
Asimismo, se unieron en oración para pedir por “las mujeres violentadas e irrespetadas, y por el cese la ofensa a la dignidad que la mujer ha recibido del Creador”.
“Estamos uniéndonos para clamar a Dios, para hablar de esperanza y no desesperanza. El pueblo salvadoreño debe trascender de los conflictos religiosos, de los dogmas (…) creemos que la oración define el rumbo de la nación”, manifestó Oswaldo Asturias, de la Universidad Evangélica de El Salvador.
En la celebración número 16 de la oración por El Salvador, Asturias resaltó el proyecto de reconstrucción del tejido social, lanzado por el gobierno, sin embargo, señaló que como Iglesia cristiana creen que lo que debe reconstruirse es el tejido espiritual. “Nuestra nación necesita volver a creer en el señor”, dijo.
“A pesar de la tendencia a la reducción de la violencia, más de 2,000 homicidios en lo que va del año siguen mostrando a El Salvador como una sociedad herida e insensible al dolor que la muerte produce”, expuso la Alianza Evangélica de El Salvador.
Los funcionarios públicos también fueron incluidos en la oración de decenas de personas que se concentraron en la Plaza Gerardo Barrios para pedir por el país.
“Clamamos a Dios por nuestros gobernantes, para que él les conceda la sabiduría para dirigir los designios de nuestra nación, y sus decisiones sean tomadas con la seguridad que la oportunidad de ejercer su función con justicia, será recompensada por Dios, quien un día juzgará sus acciones”, pidieron.
Asimismo, la Alianza Evangélica oró por la economía nacional, para que: “la productividad aumente y que la sabiduría lleve a funcionarios y a los que están al frente de sus familias a hacer una mayordomía de los recursos de manera responsable”.