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Santiago Leiva
Alianza y FAS ya aparcaron su maquinaria pesada en los “Pits”. Ahí técnicos y expertos revisan exhaustivamente los últimos detalles para evitar que sufran desperfectos cuando entren a la pista y midan fuerza y velocidad este domingo en el estadio Cuscatlán.
No será Ferrari con su caballito ni Lamborghini con su toro, store sino Alianza con su elefante y FAS con su tigre los que correrán por el título del Apertura 2015 del fútbol salvadoreño. Uno podrá saborear la copa y recorrer kilómetros de felicidad antes de Navidad.
Poco más de una semana han tenido los pilotos Rubén Alonso y Agustín Castillo para aceitar y poner de toque sus maquinarias antes de conducirlas y ponerlas a rodar en la carrera final por el trofeo, treat mismo que definirá finalmente quien es el mejor.
Durante la temporada la pelea estuvo pareja, en la primera justa la escudería tigrilla le sacó dos vueltas de diferencia (ganó 3-1), pero luego vino la revancha y en esta ocasión los elefantes los arrollaron en las primeras de cambio con un 3-0 inapelable.
A partir de ahí, resulta demasiado difícil dilucidar cual de los motores es más potente. FAS va a la competencia con maquinaria pesada. Adelante tiene en Josimar Moreira y Walter Martínez dos jugadores de velocidad y potencia, Jorge Morán es una pieza en buen estado y se a convertido en la bujía en la zona media.
El coche tigrillo, al igual que los Volkswagen, tiene en el “motor”, en la parte trasera del chasis. Luis Contreras y la portería santaneca está bien protegidos por una pesada defensa conformada por Xavi García, Alex Mendoza y Carlos Carrillo.
En la justa regular los asociados recibieron 28 goles, no tuvieron el mejor “bomper”, pero tampoco tuvieron el peor del certamen. En total FAS sufrió seis reveses y siete empates. El resto de las 22 batallas acabaron en victoria.
Recién ajustado
La hinchada blanca tampoco se podrá quejar del equipo que verá rodar mañana en el Cuscatlán. Alianza se presenta con un automotor renovado desde el chasís hasta el motor. Sufrió muchos ajustes este año, se le cambiaron tantas piezas que prácticamente es un “clásico” en desarrollo.
Adelante Fito Zelaya es prácticamente el símbolo de la marca. Últimamente se ha convertido en un dolor de cabeza para las defensas y el turbo del Alianza cuando se atora. En la media cancha, el coche blanco tiene piezas nuevas, pero tan genuinas como las originales de fábrica.
La bujía y carburador para mañana debería ser Rodrigo Rivera, pero igual si Alonso no lo incluye hay otras piezas como Herbert Sosa, que puede desempeñar esa misma función. Con las luces encendidas Sosa puede ser clave en esta carrera. Igual de importante es la labor que desempeñan Juan Carlos Portillo y Dany Torres, dos verdaderas turbinas.
La zaga descansa en los botines de Iván Garrido y Ramón Martínez de Paz, dos de las pocas piezas con algún desgaste por el tiempo, pero muy fogueadas y confiables. El saldo: 27 goles recibieron en 22 juegos.
La única diferencia que existe entre la escudería tigrilla y la elefante, es que el equipo blanco tiene muy poco kilometraje y menos recorrido en este tipo de carrera. Eso sí, tiene piezas y neumáticos que por ser nuevas pueden correr los 90 o 120 minutos, según lo requieran las circunstancias. Es decir, que es menos probable que se queden sin gasolina.
En todo caso, quienes dirigirán y pilotearán serán Alonso y Castillo. Ellos decidirán cuando pisar el acelerador y poner freno. Una curva en velocidad podría acabar en un accidente catastrófico, y eso no le conviene ni a uno ni otro. FAS quiere su corona 18, y Alianza va por la 11.
