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La Alianza por la Gobernabilidad y la Justicia (ASGOJU) exhortó la semana pasada al gobierno a que “no ponga todas sus cartas únicamente en las negociaciones con los partidos políticos” y que “establezca una alianza con el pueblo para empujar juntos las transformaciones estructurales que el país necesita”.
Frente a la crisis fiscal causada por el boicot financiero de la derecha, el gobierno debe “convocar a todas las organizaciones populares, sectores democráticos y población honrada para presionar al partido ARENA”, planteó ASGOJU, en un comunicado de prensa.
En el mismo sentido, la Concertación por un País sin Hambre y Seguro (CONPHAS) pidió que el gobierno se acompañe del pueblo y sus organizaciones para contrarrestar las estrategias golpistas de la oligarquía.
“Es necesario que el gobierno se ligue al pueblo, porque es el único que va a defenderlo de los golpes de Estado”, dijo Francisco García, coordinador de CONPHAS, entrevistado por medios alternativos en un encuentro de movimientos populares, la semana pasada.
Agregó que “el gobierno debe mejorar la vinculación con el pueblo”, para que “el pueblo haga suyo al gobierno” y “salga a la calle a defenderlo”. “Nadie va a defender a este gobierno, más que el pueblo organizado”, reiteró el representante de CONPHAS.
En sintonía con ASGOJU y CONPHAS, la intelectual chilena Marta Harneker también propone que los gobiernos de izquierda “fortalezcan las relaciones con las organizaciones y movimientos sociales para enfrentar la arremetida de las fuerzas conservadoras”.
Esta asesora de gobiernos y partidos de izquierda latinoamericanos declaró, en entrevista con ARPAS, que un “error estratégico” de los gobiernos progresistas es perder su visión transformadora y abandonar el vínculo natural con los pueblos.
El gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén debe asumir el consejo de Harneker y atender el llamado de ASGOJU, CONPHAS y otras organizaciones que proponen una alianza pueblo-gobierno. Para salir del acoso de la derecha y pasar a la ofensiva, la izquierda gobernante debe “ligarse” al pueblo.
La actitud gubernamental ha sido no enfrentar a la derecha y ceder a sus presiones. La “falta de correlación” y la necesaria “gobernabilidad” domina la visión mediocre y conformista de quienes se resignan a administrar la crisis neoliberal heredada.
El gobierno aún está a tiempo de corregir sus estrategias político-comunicacionales, recuperar la mirada contrahegemónica y visión transformadora, volverse al pueblo y revertir su desvinculación con las organizaciones populares, progresistas y democráticas.
Portándose bien con la derecha y haciéndole todas las concesiones -dice el politólogo argentino Atilio Borón- la izquierda sólo acelera su ruina. Abandonar la prepotencia, autosuficiencia y desprecio por la crítica constructiva de organizaciones y medios populares, sería un buen comienzo.