Salud o enfermedad?
Hay que escoger bien qué productos consumir en su versión light, ya que su empleo indiscriminado puede alterar la salud. Si se abusa de ellos aumenta el riesgo de desequilibrios nutricionales importantes. Las grasas y los hidratos de carbono son nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo, consumidos sin exceso ni defecto.
Si no se consume la cantidad adecuada de hidratos de carbono (pastas, pan, galletitas, papas, legumbres, verduras y frutas, dulces), nuestro principal combustible energético, se produce un “autoconsumo” de las propias reservas corporales con efectos perjudiciales para la salud. Lo mismo ocurre con las grasas, estas son vehículo de ácidos grasos esenciales y de vitaminas liposolubles (A, D, E, K), que cumplen funciones de gran importancia, si se restringe su consumo estamos ante la posibilidad de carencia de estos nutrientes con su consiguiente efecto sobre la salud.
En conclusión, es importante entender que no es correcto asociar las expresiones “light” y “diet” a reducción de peso y a dieta baja en calorías. Los productos “light” o “diet” no siempre ayudan en un plan de descenso de peso, e incluso pueden aportar azúcares y/o grasas en cantidades significativas. Ahora si, estos productos son muy útiles en numerosas patologías asociadas a la obesidad como la hipertensión, el colesterol elevado, los triglicéridos elevados, la diabetes, SIEMPRE BAJO LA RECOMENDACIÓN DE UN PROFESIONAL DE LA NUTRICIÓN.
Se puede comer light sin consumir productos light: comiendo menos comidas rápidas y seleccionando alimentos sanos y cocinándolos de manera saludable, se consigue reducir las grasas y los azúcares sin necesidad de optar por los productos light, que por lo general son más caros y no resultan tan apetecibles como los alimentos a los que pretenden reemplazar.
Dra. Yanira Olmedo
Centro Médico “Bendición De Dios”