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Amaños en las contrataciones de la UES

Fredis Pereira

El acceso a la información pública ahora permite descubrir los amaños en las instituciones del Estado. Esto asusta a los corruptos, y procuran ocultar la información a toda costa.  Las contrataciones de personal en las instituciones públicas, cuando no son transparentes, son la oportunidad para el clientelismo político, el tráfico de influencias, el cohecho, entre otras formas de corrupción. Las plazas de empleo público previstas para el año 2021 en El Salvador asciende a 134,139; que están distribuidas en los dos sistemas de pagos del sector público, ley de salarios y contratos. Es un volumen importante de talento humano que debería de ser idóneo para asegurar servicios de calidad para el pueblo salvadoreño, pero los amaños obstruyen este propósito.

El pueblo salvadoreño está cansado de las prácticas corruptas en las instituciones. Sendos reportajes de los medios de comunicación descubren las plazas fantasmas en la Asamblea Legislativa. Esto contribuyó para que la gente votara en contra de los partidos políticos tradicionales que tenían el control de la Asamblea Legislativa. Uno esperaría que las cosas fueran distintas en otras instituciones, pero todo apunta que, donde no hay transparencia, la corrupción crece. Nos enteramos de estas tramas corruptas, gracias a que la información de los funcionarios y empleados del Estado ha sido pública.  Los corruptos quieren que no te enteres de sus prácticas corruptas, por eso se esmeran para ocultar la información de los empleados públicos.

La información de los empleados permite descubrir el nepotismo y denunciarlo. El nombre es un dato relevante para descubrir cuando los funcionarios están contratando a sus familiares. Esto permite entender porque se quiere ocultar el nombre de los empleados públicos. Nadie quiere que se descubran sus amaños; aunque se argumente que es por otros motivos que impiden el acceso a la información.

La UES está lejos de ser una institución comprometida con la transparencia. El rector de la UES, que el año pasado, después de pasar el momento bochornoso por cruzar la frontera de forma irregular, se lució exigiendo al Ministerio de la Defensa entregar información sobre los operativos militares y violaciones a derechos contra la comunidad universitaria; pero ahora parece que la transparencia dejo de ser prioridad en la UES, pues el esmero está alineado con dificultar el acceso a la información sobre los empleados, así el Consejo Superior Universitario, el 10 de junio de este año, emitió el ACUERDO-055-2019-2021-VIII-8, con el que se apresura a cumplir una interpretación del presidente del IAIP, que afirma que los nombres de los empleados son confidenciales. Estas acciones dificultan descubrir el nepotismo y otras prácticas corruptas en las contrataciones.

Las solicitudes de información sobre los empleados incomoda en la UES. Esto lo se por experiencia. Desde el 2014 he solicitado diversidad de información de las instituciones del Estado, entre eso nombres y salarios, sin tener dificultad para el acceso, pero cuando el 5 de febrero de 2020 solicité información sobre las personas contratadas en la UES empecé a tener dificultades serias. Primero, revelaron mis datos personales que en calidad de solicitante entregué al ente obligado; después vino el hostigamiento laboral. Esto muestra el lado oscuro de la Universidad de El Salvador. Desde entonces se esfuerzas por intimidarme, hasta llegar al colmo de que abrieron un instructivo disciplinario por pedir información de los profesores. Aunque no han logrado intimidarme, pues recurrí al IAIP, y este ordenó que la UES entregará la información que solicité en el proceso NUE ACUM 47 Y 71-A-2020.

La incomodidad que tienen en la UES es por saber para que se quiere la información y quién la quiere. Esta incomodidad no debería ser cuando se tiene todo en regla; pero tal parece que en la UES las cosas no son así.  El 17 de enero de 2021, la cuenta oficial de la UES en Facebook, anunciaba el acuerdo que mueve de contrato eventual a permanente a 42 trabajadores de la Universidad de El Salvador. Estas cosas deben alegrar a muchos, pero a otros también le genera preguntas, sobre si se siguió el debido proceso. La respuesta vino luego de SITRAUES, que denunció fraude de ley en las  contrataciones.

Ahora bien, la información de los currículos permite valorar las credenciales de los contratados. Pero si esta información se vuelve confidencial, sería imposible recoger evidencia para denunciar una contratación de personas que carecen de idoneidad para un puesto. Así, en el caso de la información de los currículos de los docentes, se verifica que muchas de las personas contratadas, en la Facultad de Ciencias Económicas, para trabajar con profesor no tenían formación pedagógica previa, cosa que es extraño para una institución educativa, sería bueno que el Ministerio de Educación investigue más a profundidad estas cosas que pasan en la UES.

Las contrataciones temporales son una gran oportunidad para el clientelismo político en la UES. Los procesos de selección carecen de transparencia y de estudios técnicos. Así, por ejemplo, en la audiencia oral del proceso NUE 234-A-2020, un decano de la UES declaró inexistentes los estudios técnicos para definir la carga académica, que son un paso racional necesario para contratar docentes temporales. Estas contrataciones temporales son útiles para responder a necesidades emergentes, que no justificaran contratar una persona de forma permanente; pero en la universidad esto se ha desviado del propósito, y se utiliza para contratar pensionados que gozan del beneplácito de los funcionarios, y en otros casos para obviar los concursos de oposición, pues si algunos tienen suerte, después los pasan a contratos permanentes o al sistema de ley salarios sin someterse al concurso de oposición que establece la legislación universitaria.

Los incentivos para eludir los concursos de oposición son diversos.

Primero, la Corte de Cuentas no observa estas prácticas de fraude de ley, que facilitan el clientelismo político. Segundo, la carencia de estabilidad laboral hace vulnerables a chantajes a contratados, que puede ser útil para los funcionarios durante los procesos electorales de la universidad. No se entiende porque se permite la contratación de personal temporal, mientras existen cientos de plazas vacantes que pueden ser sometidas a concurso de oposición según lo establece la ley, para garantizar la productividad y la contratación de personas con vitalidad que tenga formación actualizada.

Las prácticas amañadas en las contrataciones son antiguas. La universidad ha sido condenada por incumplir el debido proceso en los concursos de oposición. En la universidad hay complacencia por los amaños. En el 2007, el profesional Franklin Antonio M. V. demandó a la UES ante la Sala de lo Contencioso, en el proceso 290-2007, porque no se le contrató a pesar de haber ganado mediante concurso una plaza por ley de salarios. Este concurso se desarrolló para optar al puesto de profesor universitario de la Facultad de Ciencias Económicas, durante la decanatura del Mtr Roger Armando Arias, quién ahora es el rector de la universidad. En ese tiempo el país estaba gobernado por Tony Saca, quien ahora está enfrentando la justicia, él confesó su corrupción, falta que en la UES también se haga justicia, ¿Quién lo hará?

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