Oscar López
@OscarCoLatino
El Centro Salvadoreño de Tecnología Apropiada (CESTA) organizó un foro en el que se analizó la soberanía alimentaria y la agroecología, rescatando el uso de semillas criollas, y relegando el uso de productos químicos, para que las cosechas sean lo más naturales posible.
Al respecto, Ricardo Navarro, presidente del CESTA consideró que en El Salvador “estamos perdiendo loa alimentos”, ya que algunos productos se importan de países de la región, ejemplo de ellos son los aguacates (México) y los cocos (Guatemala).
“Estamos perdiendo la capacidad para poder mantener a nuestra propia gente, lo que nos frustra es que un grupo de diputados no reconoce el derecho a la alimentación. Con varios grupos locales y de América Latina estamos luchando para hacer conciencia de la importancia de tener nuestros propios alimentos”, dijo Navarro.
La organización ambientalista considera que por razones económicas se impulsa el monocultivo, lo que afecta la producción de otras frutas y hortalizas que eran consumidas por los salvadoreños. “Nos están metiendo alimentos transgénicos también, siempre pensando en el interés económico y no pensando en las personas”, argumentó Navarro.
Karin Nansen, presidenta de Amigos de la Tierra Internacional, comentó que el intercambio de semillas es una práctica importante, ya que posibilita la supervivencia de algunas especies cultivadas en la región.
Asimismo, consideró que es necesaria la ejecución de políticas gubernamentales que posibiliten a comunidades campesinas el uso de la tierra, que en muchos países es limitada debido a que multinacionales las utilizan para grandes extensiones de monocultivo.
“Como pueblos tenemos derecho a comer alimentos sanos, como pueblo tenemos derecho a definir qué es un alimento sano o culturalmente apropiado para nosotros, muchas veces se nos imponen alimentos que son de otras culturas y no contribuyen a la salud de nuestra población”, aseguró Nansen.
La presidenta de Amigos de la Tierra Internacional consideró que es necesario el impulso de las cooperativas de productores de alimentos, con el objetivo de que se les facilite la comercialización de sus productos.
“Vamos logrando que los precios sean justos para ambas partes, para que no tengamos que caer siempre en los supermercados o en las grandes empresas para conseguir nuestros alimentos, los podemos conseguir en ferias locales, por eso es necesario construir más esas relaciones entre el campo y la ciudad”, concluyó Nansen.