La Paz / AFP
Unas 80 organizaciones ambientalistas de Bolivia solicitaron el martes al presidente Evo Morales derogar una ley y un decreto que, según ellos, incentivan la quema de bosques y pastizales para ampliar la superficie agrícola y que causaron incendios que desde mayo han arrasado 1,2 millones de hectáreas en el país.
«Como organizaciones estamos pidiendo la abrogación de la ley y el decreto», dijo a la AFP la presidenta del Colegio de Biólogos de La Paz, Angela Núñez, en referencia a la Ley 741 de 2016 y un decreto de julio de este año que fomentan los incendios en la Amazonía y los pantanales del país, denunciaron.
Según las instituciones, esas dos normas incentivan los «chaqueos», como se llama en Bolivia a la quema de pastizales para ampliar la superficie agrícola. La Iglesia católica también culpó el lunes a esas normas de incentivar la quema de pastizales y bosques.
Las organizaciones civiles señalaron cuatro elementos que confluyeron en la quema de bosques: la normativa actual; los «chaqueos» indiscriminados y descontrolados; el uso de la vegetación local como combustible; y las condiciones climáticas adversas.
Núñez acotó que, además de derogar esas dos normas, también piden que el Congreso declare zonas de desastre y la pausa ecológica en las áreas quemadas.
«No sólo queremos que se hable de una pausa, sino una pausa mediante ley», acotó la bióloga, en referencia al anuncio que hizo este martes el presidente Morales de interrumpir las actividades humanas en las zonas afectadas por la quema de bosques.
El gobierno ha descartado por ahora la anulación de la ley y el decreto y ha negado que sean la causa principale de la quema de bosques.
A contracorriente de los reclamos ambientalistas, el ejecutivo de la ONG privada Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, señaló que el país «no tiene por qué retroceder en sus posibilidades de desarrollo» y cuestionó una eventual derogación.
«Bolivia está usando mínimamente su capacidad ganadera y de agricultura», declaró Rodríguez, quien acotó que este sector no tradicional puede constituir un gran aporte al desarrollo, junto a los hidrocarburos y la minería, cuya producción atraviesa dificultades para sostener la economía nacional.
El «chaqueo» de pastizales arrancó en mayo y se disparó en agosto.