Gloria Silvia Orellana
@DiarioCoLatino
“Se necesitan de transformaciones profundas al modelo de distribución, producción y consumo dominantes en el cual, es insostenible para la biocapacidad del planeta”, afirmó Luis González, integrante del Equipo Coordinador de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), en el marco de apertura de la COP 28.
Este día inicia la cumbre climática del año, conocida como la “Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (COP-28), con dos temas delicados y espinosos: el funcionamiento del Fondo de Pérdidas y Daños y la evaluación del Acuerdo de París.
Alrededor del mundo, en artículos de prensa y analistas sobre el cambio climático y los derechos humanos, han criticado abiertamente que este foro mundial se realice en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes Unidos, país petrolero, y que la presidencia de dicho cónclave estará moderado por un alto ejecutivo de una de las compañías petroleras más grande del país.
“Creo que no podemos poner lobos a cuidar las gallinas. Y el hecho que se haga en Dubai y que la COP 28 esté moderada por un empresario en producción de petróleo, no creo que vaya a ser la solución y no puede ser que los causantes del problema sean los que se alisten a darnos soluciones”, opinó Luis González.
En este contexto las organizaciones ambientalistas de El Salvador expresaron su desencanto e incertidumbre de los resultados de estas discusiones que se sostendrán, así como los resultados de la COP 28, indicando el ambientalista, que de continuar con este tipo de comportamiento exacerbado contra los bienes naturales la protección del planeta no sería posible “se deben exigir compromisos reales y coherentes”, agregó al señalar las advertencias que parten de la Ciencia Climática.
“Todos los países son parte de estas Conferencias de las Partes (COP), y que van a participar en este punto, previamente tuvieron que haber preparado un pliego de exigencias y peticiones junto a Grupos de Interés y grupos de países, para avanzar entre otras cosas pero no se hizo”, lamentó.
“A nosotros lo que debe interesarnos como país y región, es que nos apoyen en el tema de adaptación, que aumente la ambición de los países en reducir las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI), que aborden en serio el tema de Pérdidas y Daños, porque el año pasado se creó toda una infraestructura pero todavía no hay fondos”, advirtió González.
En cuanto a los compromisos adquiridos por el país, agregó, que este ha avanzado muy poco o nada, a nivel nacional para poder cumplir con el Acuerdo de París, y que varias acciones en donde se pueden generar procesos para afrontar el cambio climático a nivel gubernamental, se han omitido el cumplimiento de leyes ambientales.
“En los últimos años no se han implementado el acceso a la información, la participación de las comunidades, así como los pueblos indígenas y afrodescendientes, y el acceso a la justicia climática para poder avanzar a otros derechos climáticos. Y un cuarto derecho que el Estado y gobierno brinde protección a los defensores y defensoras ambientales”, subrayó.
“Es preocupante que en este país, en esta región centroamericana, sea común que quienes se han quedado cuidando el medio ambiente sean las comunidades que han garantizado que tengamos todavía ecosistemas en los territorios. Necesitamos la construcción de políticas públicas participativas que contenga la realidad comunitaria y las necesidades de la población”, sostuvo Gónzalez.
Para Carolina Amaya, del Equipo de Coordinación de la UNES, la falta de medidas para enfrentar los impactos que se derivan del cambio climático, lejos de ser “pocos serios”, eran “irresponsables”, por la magnitud de la crisis climática.
Amaya hizo hincapié que Naciones Unidas (ONU) ha hecho esfuerzos por el cumplimiento de las Contribuciones Determinadas a escala Nacional (NDC), porque la temperatura podría subir hasta en un 2.7 a 3.5 grados centígrados.
“Ese aumento en estas latitudes podría ser hasta 5 grados, entonces, la pregunta es si con un aumento de 1o grado centígrado hemos tenido todos estos eventos extremos como el fenómeno de El Niño, que ha provocado serias pérdidas en seguridad alimentaria, ¿Qué va a pasar cuando aumente 2 o hasta 3 grados centígrados?, eso lo debemos analizar”, acotó Amaya.
“No estamos preparado para eso ni ahora ni mañana y frente a esto lo que vemos, es el aumento de proyectos ambientales que van destruir bosques salados y manglares, que es planchar el país con cemento llevándose por delante ecosistemas importantes, entonces, no estamos respondiendo con propuestas a la crisis climática, más bien damos un cheque en blanco para generar mayor vulnerabilidad a aquellas poblaciones de los pueblos originarios y afrodescendientes, es decir, la responsabilidad de este Estado, no está acorde con la magnitud de la crisis”, puntualizó Amaya.