César Ramírez
@caralvasalvador
La emigración salvadoreña es un problema histórico que requiere soluciones de largo plazo. La desesperación por la inseguridad social, buy cialis pobreza, prescription el agotamiento del modelo productivo agroexportador, thumb la oligarquía depredadora monopolista, el autoritarismo etc., han generado esta tragedia. La nación tiene una oligarquía feroz, excluyente y obsoleta que se niega a pagar impuestos. Caso por caso las familias han sido expulsadas de nuestra nación hacia la aventura del Norte a “su suerte”, muchos han logrado llegar, mientras otros han fracasado en su intento. Tres naciones son mayoritarias con los niños y niñas que llegan al Valle del Río Grande: Guatemala, Honduras y El Salvador, situación descriptiva de la pobreza, son las naciones más expuestas a los antiguos modelos económicos oligárquicos, con una enorme diferencia con la vecina Costa Rica, ¿por qué el fenómenos no sucede en Costa Rica?, ahí existen respuestas contundentes, esencialmente el ejercicio de la Democracia. El mecanismo de emigración es el mismo del pasado, los padres se fueron solos y luego buscan su legalidad, así transcurren décadas, así fue durante la guerra civil y posteriormente por la inseguridad de las bandas criminales que amenazan a las poblaciones indefensas, cabe mencionar que estas bandas organizadas denominadas “maras” se formaron a Estados Unidos y fueron deportados a las naciones involucradas: Guatemala, El Salvador y Honduras. La deportación de muchos delincuentes antisistema organizados en Estados Unidos provocó un desastre en las naciones centroamericanas que no tienen defensas ante este fenómeno, de esa forma la actual emigración forzada es consecuencia de aquella mala política norteamericana. El mensaje de los niños centroamericanos es muy simple: “desesperación” ante un modelo económico y social agotado, no funciona la movilidad social, ni la promoción ciudadana, ni la cultura de arraigo a la nación, tampoco existen oportunidades de empleo, entonces el círculo vicioso se consolida de generación en generación. John Kerry se reunió en Panamá con los líderes de las naciones mencionadas y posteriormente entre el 7 y 13 de julio llegará el asesor general del Departamento de Estado Thomas Shannon, sus propuestas son: controles migratorios, cooperación para el flujo de emigrantes, inversiones en centros de repatriación, cooperación en seguridad y programas de desarrollo. Esos proyectos no funcionarán si no existen fuentes de empleo y proyecciones de largo plazo. Es notable la ausencia en El Salvador de un Ministerio de Emigrantes, no existe educación, ni seguimiento, tampoco responsabilidad gubernamental, de tal manera que cada ciudadano emigra “a su cuenta y riesgo”, si el objetivo es desalentar la emigración se deben crear centros de trabajo en la nación, erradicar a las bandas criminales, aumentar la inversión económica productiva en las comunidades pobres etc., un cambio cultural de largo plazo. La deportación masiva de los niños alentará a las bandas organizadas a continuar con su negocio de mentiras, corrupción, fraudes y extorciones, una cadena de tragedias ya conocidas. El aumento de remesas familiares tiene origen en esta mentira de los traficantes, los padres financiaron el viaje de los chicos pero es un fraude, las fronteras no están abiertas, ni existen concesiones, ni siquiera cambio en la política migratoria norteamericana. Solicitar Amnistía temporal para los chicos puede ser una magnífica opción humanitaria, al final los niños emigrantes son producto de una mala política norteamericana del pasado.
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