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Gerson Mayén, capitán de Santa Tecla, levanta el trofeo que los acredita como campeones de la Copa El Salvador 2019. Foto Diario Co Latino/David Martínez

¡Amos del pantano!

Santiago Leiva

@DiarioCoLatino

“Una noche de copas, una noche loca”. Santa Tecla se coronó campeón de la Copa El Salvador 2019. El cuadro perico se impuso 1-0 al Audaz y acabó celebrando en el estadio Jorge “Mágico” González que se convirtió en un pantano.

El duelo, que arrancó reseco, terminó bajo un fuerte aguacero y fue finalizado por la cuarteta arbitral al minuto 85, debido a que la tormenta se tornó eléctrica.

El primer acto fue a oscuras y con muy pocas luces. Fue así que las únicas emociones las generó la quema de pirotécnicos previo al pitazo inicial.

Por lo demás, los primeros 45 minutos solo alcanzaron para gritar un gol y despertar a la hinchada del bostezo.

Es que el mal estado del terreno de juego no permitió la conexión circuitos y eso generó una batalla campal por la posesión del balón.

En ese apartado, y quizá por la similitud con la grama de su cancha, pareció imponerse Audaz en el dominio de pelota, pero no aprovechó su única ocasión creada y terminó pagando caro un “yerro” en su zona baja.

Antes que Giovanni Ávila pusiera a ganar a los pericos al ´41, los coyotes habían confeccionado la jugada más clara del partido, pero se esfumó en los botines de Diego Ascencio.

Al ´28, el atacante vicentino quedó mano a mano con Joel Almeida, pero se precipitó ante la salida del meta azteca y tiró el balón a los graderíos.

Hasta ahí, Santa Tecla había “hostigado” al portero Héctor Carrillo apenas con un disparo de Juan Barahona que se marchó desviado.

Sin embargo, después abrir la lata, los tecleños fueron claros dominadores e incluso arrancaron el complemento martillando sobre la cabaña de los coyotes.

Al ´49, Carrillo tuvo que intervenir en dos ocasiones para evitar que el representativo de La Libertad ampliara su ventaja y sentenciara la victoria de forma tempranera.

Pasada esa acción, la lluvia arreció, inundó el pasto del “Mágico” González y ahogó el poco fútbol que se desplegaba.

En adelante, los 22 gladiadores y los de refresco jugaron por inercia y con la única convicción de alejar la pelota de su parcela.

Con la cancha convertida en pantano, la pelota paró de rodar y la única forma de llegar al gol era a balón parado, pero ni ahí hubo suerte y al final lo único que se celebró fue la conquista de la Copa El Salvador por parte de los tecleños.

Eso sí, quedó el mal sabor de que el partido ni siquiera completó su tiempo. Y es que la cuarteta arbitral, debido a la tormenta que se tornó eléctrica, decidió concluir el partido al ´85 y la celebración tecleña se consumó.

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