El Cairo / AFP
La polémica revisión constitucional que permitirá la prolongación del mandato del presidente Abdel Fatah al Sisi fue aprobada en el referéndum del domingo con el 88,8% de los votos, anunció el martes la autoridad nacional electoral.
El presidente del ente electoral, Lashin Ibrahim, precisó en conferencia de prensa en El Cairo que el 11,2% de los electores votaron en contra y que la participación fue del 44,3%, en este país con un registro electoral de 61 millones de votantes.
La votación de tres días se realizó «en un clima democrático impulsado por la libertad», agregó.
Los egipcios votaron del sábado 20 al lunes 22 sobre la modificación de varios artículos de la Constitución que limitaban los mandatos presidenciales a dos consecutivos de cuatro años.
La revisión constitucional permite alargar el segundo mandato de 4 a 6 años, llevando su actual mandato hasta 2024 y, si gana las elecciones de ese año, prolongando su gobierno hasta 2030.
El mandato original estaba previsto que finalizara en 2022.
Los grupos de derechos humanos criticaron las condiciones que rodearon la votación apresurada, incluida la supresión de quienes se opusieron a los cambios radicales que consolidan el poder de Al Sisi.
El parlamento, con una mayoría que apoya Al Sisi, votó a favor de las enmiendas constitucionales la semana pasada.
Entre las enmiendas más polémicas destaca un mayor control de Al Sisi sobre el poder judicial y otorga a los militares una influencia aún mayor en la vida política.
El líder egipcio, de 64 años, ganó su primer mandato como presidente en 2014, un año después de liderar al ejército en el derrocamiento del presidente electo islamista Mohamed Morsi, luego de importantes protestas contra su primer y único año en el poder.
Logró mantenerse virtualmente sin oposición después de la inhabilitación o el retiro de todos los rivales más fuertes, lo que le permitió la reelección en marzo de 2018 con más del 97%.
El referéndum también propuso otros cambios a la constitución de cinco años, entre ellos la creación de una segunda cámara parlamentaria y una cuota que garantiza que al menos el 25% de los legisladores sean mujeres.