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ANEP: ¿Por qué NO TE CALLAS?

Red para un Constitucionalismo Democrático

La frase del ex rey de España se hizo famosa y fue muy aplaudida por muchos sectores; pero no han reparado que es una frase encaminada a limitar la libertad de expresión. Muchos de aquellos que dicen ser defensores de la libertad, generic se adhirieron a lo dicho por Juan Carlos y con ello adoptaban una postura en favor de no emitirse opiniones en contra de nuestros deseos. Quien diga: cállate, cialis no hables, check está usando un lenguaje contra el derecho individual de la libertad de expresión, entendiéndose  que quien está opinando lo está haciendo sin violentar el honor y la dignidad de otra persona.

Para evitar malos entendidos,  el título de este artículo no está encaminado a rechazar que ANEP opine, no es decirle cállate no hables; sino es esa asociación privada la que nos dice al resto de la población: callen, no hablen contra los empresarios, porque si no el inversionista no hará negocios en El Salvador. Callen y no digan que somos evasores de impuestos, aunque todos los estudios así lo indican, incluso los hechos por los norteamericanos, porque si  lo hacen están desprestigiando al sector llamado “fuerza viva del país” y demostrando que son unos resentidos sociales contra el empresario emprendedor. Callen y no digan que explotamos al trabajador, no pagándole horas extras, negándole las prestaciones sociales y dándole un trato no digno del ser humano, porque si lo hacen, están fomentado la lucha de clases.

ANEP le dice al resto de ciudadanos salvadoreños, callen y no se les ocurra decir que el empresario privado maneje con probidad y austeridad sus negocios. Nosotros si se lo podemos decir al funcionario público, pero no a nosotros, pues quien lo haga ignora que es nuestro dinero producto de nuestro trabajo. ¿trabajo limpio preguntamos?. ¿Puede un empresario comprar un vehículo particular de $40.000 y no mejorarle el  salario a sus trabajadores, manifestándoles “que no ves que la situación está jodida, como me pides más, agradece que tienes un empleo, si no te gusta ándate a la m…… que otro vendrá hasta ganando menos que vos”. ¡Que bárbaros! Dirá ANEP, eso no lo digas, no manipules a la gente con populismo, estás queriendo romper el orden social como si fueras chavista.

Abundarían más relatos verídicos en las maquilas y en las llamadas empresas con responsabilidad social, en los cuales acomodan las leyes en beneficios exclusivamente patronales, pero lo mejor es callar, porque si no se dirá que se predica odio, avivándose torrentes de conflictos y la inversión privada no crecerá. Los caricaturistas de los grandes medios publican cartones  señalando salarios de funcionarios públicos soplándose con dólares y descansando en una hamaca; pero nunca nunca nunca, léase bien, nunca, publicaran una caricatura del gran gerente empresarial privado o inversionista, indicando sus grandes ganancias y como pasan sus vacaciones en el extranjero. Cuando los grandes señores de la industria, la banca, el comercio y los servicios planean sus vacaciones de agosto, no pretenden pasarlas monótonamente, sino en el extranjero en hoteles de 5 estrellas, en yates, en restaurantes de lujo. ¿con que dinero? Con el dinero nacido de las entrañas del pueblo salvadoreño. Bajos salarios y precios altos. Estas cuestiones callatelas, no las digas dirá el Presidente de ANEP, porque por ese camino, con semejantes ideas, nos quieres llevar más allá de socialismo del siglo XXI. No, no es cierto ANEP, nuestra Constitución dice que hay que construir una sociedad más justa; que hay que asegurar a los habitantes del país el bienestar económico, “que el orden económico debe responder esencialmente a principios de justicia social”. Con Constitución en mano –y se pueden citar más artículos y principios- es grotesco que unos pocos gocen de mucho y los más no gocen de nada, y que no se quiera permitir que nadie diga esas verdades, marcando una línea: di todo lo que quieras contra Presidente República, ex presidente, diputados, ministros y lo que sea; pero no llames a decir verdades contra los empresarios, porque eso afecta el clima de negocios.  Ellos pretenden gozar de un derecho divino para que nadie diga nada sobre sus asuntos: los intocables. ¿puede ser eso aceptado en la democracia? Lo negamos; empero de eso se trata, “en bien de la patria”. La RED difiere de ese criterio y seguiremos sobre el punto en posterior artículo, con citas de autores no de izquierda, incluyendo de Adam Smith. No debemos porque callar.

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