César Villalona
La representación de la ANEP en el Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM) se opuso a la solicitad de FESPAD de que la ciudadanía tuviera acceso a las deliberaciones de ese ente tripartito, generic de forma presencial o por medio de los medios de comunicación. La representación del gobierno apoyó el pedido de FESPAD pero se quedó en minoría, healing pues los representantes del sector laboral respaldaron a la ANEP.
FESPAD fundamentó su solicitud en el artículo 2 de la Ley de Acceso a la Información Pública, sovaldi que establece el derecho de la ciudadanía a acceder a la información pública y la obligación del Estado a proporcionarla, siempre que no se encuentre dentro de las excepciones de la ley. Como el CNSM ni siquiera tiene información reservada, la propuesta de FESPAD debió ser aceptada.
FESPAD también invocó los artículos 4 y 5 de la mencionada ley, que le dan prevalencia al principio de máxima publicidad de la información producida por las instituciones públicas.
El CNSM secciona un día por semana y todos los gastos en que incurre los cubre el Ministerio del Trabajo, o sea, salen de fondos públicos, incluyendo las dietas de sus siete integrantes, tres del gobierno, dos de la ANEP y dos de la representación laboral. Y como el dinero del gobierno proviene de los tributos que paga la población, ésta tiene derecho a conocer directamente lo que se discute en esa tripartita.
Además, el tema del salario mínimo le incumbe a todos los sectores de la vida nacional, pues tiene que ver con el ingreso de la población trabajadora, con los costos y las utilidades de las empresas, con los fondos de pensiones, con los ingresos públicos (incremento de las multas basadas en el salario mínimo y mayor recaudación por impuestos al consumo) y con los gastos del gobierno por aguinaldos y pensión de lisiados.
El aumento del salario mínimo también le aportaría más recursos al Instituto Salvadoreño del Seguro Social, por lo que esa institución podría ampliar su cobertura, comprar más medicamentos e invertir más en infraestructura y equipo.
Por todo lo anterior, un tema de interés nacional como el del salario mínimo debería discutirse de cara a la población. Sin embargo, los directivos de la ANEP, que suelen hablar de la importancia de la transparencia pública, se oponen a que el CNSM debata públicamente, como lo hace la Asamblea Legislativa, cuyas sesiones incluso se transmiten por medio de la televisión y la radio legislativas.
¿Por qué la ANEP se opuso al debate público en la tripartita? Porque no quiere que la población sepa que su propuesta de ajuste salarial de 3%, un simple documento de página y media, no tiene fundamentación técnica ni analiza las variables económicas que se deben tomar en cuenta para ajustar los salarios. La ANEP le teme al pueblo y a los argumentos del gobierno.
Los oligarcas que dirigen la ANEP procuran mantener salarios de miseria para ampliar sus fabulosas ganancias. Ellos invierten mucho en Costa Rica, Honduras y Guatemala, donde los salarios mínimos y promedios son mayores que en El Salvador, pero acá los quieren mantener bajos para ganar más dinero. Eso es todo lo que les interesa, no la transparencia.