♫No me olvides nunca, aunque estés muy lejos♫ ¿Quién no recuerda esta romántica canción original de Federico Baena, en la voz de los Hermanos de Paúl en la década del 70, que sirvió de inspiración a muchos apasionados de la época?
En anteriores ocasiones se ha hecho referencia a la riqueza musical con la que cuenta Santa Tecla, sobre los talentos en esta rama del arte, para el caso en mención, los Hermanos de Paúl, originarios de San Juan Nonualco departamento de La Paz, quienes adoptaron a Santa Tecla como su segunda casa. En esta ocasión las siguientes líneas están referidas a don Ángel de Paúl, a quien no es extraño verlo caminar por las calles de la ciudad.
Ángel de Paúl al igual que su hermano Julio, lograron popularidad en los 70s, con su versión de “No me olvides nunca”, del mexicano Federico Baena, que se grabó en discos de vinilo e interpretada por los “De Paúl”, que de acuerdo con expertos se convirtió en un himno de amor en la región centroamericana.
La fama de ambos se esparció rápidamente luego de grabar este tema en el sótano del extinto edificio Rubén Darío, destruido por el terremoto del 10 de octubre de 1986 en San Salvador. Los inicios de Ángel de Paúl en la música fueron a temprana edad; a los diez años comenzó a tocar guitarra; por lo que en esa época no tenía conciencia del gusto por el canto y las cuerdas, lo que se convertiría en el instrumento vital para su desarrollo y sustento familiar.
No todo fue miel sobre hojuelas, ya que fue él penúltimo de 13 hermanos; su padre era músico, por lo que su progenitor lidió con el alcohol en vida, debido a ello Ángel vivió junto a sus hermanos una historia cargada de pobrezas. Esta situación obligó a su mamá el aprender el oficio de zapatería, convirtiéndose en la operaria del pueblo de San Juan Nonualco; con el que sostuvo a sus hijos.
Con el fin de costear sus estudios de bachillerato, nuestra celebridad optó por brindar sus servicios de trovador en la vecina San Vicente, recorriendo las calles y avenidas de dicha localidad, en busca de fondos para tal efecto, por lo que siempre recibía quince colones por recital, entregando lo recaudado a su madrecita para que ella lo administrará de la mejor manera posible.
Don Ángel, es considerado un guerrero contra el alcohol, ya que tuvo una etapa de bonanza económica y reconocimiento social, que no pudo dominar, por lo que complicó su vida. Como todo dipsómano, tocó fondo, llegó incluso a pensar en suicidarse, lo que gracias a Dios no se concretó, iniciándose así un proceso de rehabilitación de dicha adicción.
Su vida continúa junto su familia, disfrutando cada momento de esta, tomado de la mano de Dios, actualmente reside en una populosa colonia al norte de la ciudad.
¡Ángel de Paúl, un tecleño por adopción!
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