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Samuel Amaya
@SamuelAmaya98
El sacerdote católico Jorge Alvarenga, del Seminario San José de la Montaña, presidió la misa este domingo en Catedral Metropolitana de San Salvador, en su prédica instó a los feligreses a que busquen a Dios ante cualquier adversidad o si incluso están felices o no tienen problemas, siempre se debe de buscar al Señor.
Los problemas cotidianos deben presentarlos a Dios para que él de la fuerza necesaria para resolverlos, ya que no solo se trata de llegar a la misa, sino de estar en una conexión y pedirle la fuerza necesaria para superar dicho obstáculo en la vida, aseguró el padre.
Un ejemplo claro de cómo vivir la fe en medio de la dificultad “lo podemos ver en aquella imagen cuando los discípulos (de Jesús) iban en la barca, ven al señor caminando sobre las aguas y Pedro sale al encuentro del señor, inicialmente comienza caminar sobre el agua, pero después comienza a hundirse, porque aparta su mirada de Jesús y comienza a ver el agua, se comienza a hundir, se desenfoca, ya no sigue al Señor, sino que es el ambiente que le rodea que absorbe su atención, y quien lo rescata de ahí es el señor quien le extiende la mano, lo saca, y lo invita a ser una persona de fe”, planteó el padre.
Lo mismo pasa con la vida actual, “tenemos problemas, dificultades en el ambiente en el que podamos vivir, pero hay que pedirle al Señor con mucha y con tanta intensidad” para que brinde una solución o dar la fuerza para solucionarlo, tal y como el ejemplo de Pedro con las aguas, que caminó sobre el agua, reflejando que el agua era una dificultad
La fe debe vivirse dentro, expresó el padre, refiriéndose intrapersonalmente y con la familia, para que esa paz y fe pueda verse reflejada externamente, “solo así seremos hombres nuevos”, el cual, se verá reflejado en el mandamiento del amor.
“El amor es esa capacidad de estar para el otro y ser un instrumento de bendición y promoción de su bien; si yo promuevo el bien del otro, si yo ayudo a que el otro sea pleno, que el hermano viva en armonía y paz, allí estoy demostrando que amo a alguien, en ese sentido, el señor nos pide además que amemos al enemigo, porque el amor no lo podemos reducir a un sentimiento, sino que el amor es promover el bien al otro, aunque me haya hecho el mal”, destacó el padre a los feligreses.
