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Ante las sanciones, Rusia quiere romper con el dólar

Moscú / AFP

Andrea Palasciano

Rublo, euro, yuan … ¡Cualquier cosa menos el dólar! Cuando parece que las sanciones económicas contra Rusia van para largo, el Kremlin está redoblando esfuerzos para separar la economía rusa de la moneda estadounidense, imprescindible en el comercio mundial.

Debatido durante mucho tiempo sin resultados importantes, el arduo proyecto de las autoridades para «desdolarizar» la economía rusa se vuelve más necesario que nunca cuando la comunidad empresarial teme el anuncio inminente de nuevas medidas punitivas en Estados Unidos.

Cuatro años después de la introducción de las primeras sanciones occidentales contra Moscú a raíz de la anexión de Crimea y del conflicto en el este de Ucrania, las restricciones se refuerzan en las transacciones financieras rusas.

Y con estas restricciones aumentan los riegos de que aquellos efectúan operaciones en dólares sean procesados en Estados Unidos simplemente por haber usado esa divisa.

Los ministerios de Economía y de Finanzas así como el Banco Central tienen que presentar próximamente medidas al primer ministro Dmitri Medvedev para incrementar el uso de otras monedas en las transacciones internacionales.

– «Limitar los riesgos» –

El restablecimiento de las sanciones contra Irán por parte del presidente Donald Trump y la guerra comercial entre Estados Unidos y China parecen constituir un escenario propicio para llevar a cabo este objetivo, al empujar a los socios de Rusia a aceptar jugar este juego para proteger sus empresas de una política imprevisible.

Según los analistas de la aseguradora de crédito Euler Hermes Group, «los esfuerzos anteriores (de desdolarización) fracasaron y revelaron la necesidad de cooperar estrechamente con otros países. Esto podría ser más simple hoy en vista del proteccionismo creciente de Estados Unidos».

También estiman que reducir de manera significativa la dependencia del dólar podría tomar entre 1,5 y 5 años.

Los candidatos ideales parecen ser la UE y China, que en conjunto suman el 60% del comercio exterior ruso.

Vladimir Putin menciona regularmente este tema en sus reuniones con dirigentes extranjeros, como ocurrió en septiembre con su homólogo chino Xi Jinping.

En octubre, las autoridades rusas anunciaron que preparaban un acuerdo intergubernamental sobre los pagos bilaterales en monedas nacionales con China.

Según el banco ING, los intercambios entre Rusia y China efectuados en rublos o yuanes ya se cuadriplicaron en los últimos cuatro años, aunque solo representan todavía entre el 18 y 19%.

Para ir más lejos, el fondo soberano ruso creó dos fondos de cooperación con China de hasta 70.000 millones de yuanes, destinados a las transacciones en monedas nacionales.

«Las primeras transacciones se esperan a partir de 2019. Se podrían crear herramientas de inversión similares con otros países», sugirió Dmitri Polevoi, jefe economista principal del fondo soberano ruso RDIF.

Según los datos del Banco Central Ruso, entre 2013 y 2017 la proporción de pagos en dólares estadounidenses en exportaciones de bienes y servicios se redujo del 80% al 68%. Al mismo tiempo, la participación del euro aumentó del 9% al 16% y la del rublo del 10% al 14%.

Para las importaciones, el movimiento no es tan importante, pero la participación del dólar pasó del 41% al 36%.

En un nuevo ejemplo de esta tendencia, en octubre el viceprimer ministro ruso Yuri Borisov anunció que India pagaría en rublos su compra de sistemas antiaéreos rusos S-400.

Según el economista Oleg Kuzmin, de Renaissance Capital, el principal obstáculo a las transacciones en monedas nacionales menos importantes que el yuan es que «nadie necesita, por ejemplo, rublos rusos en Croacia o la moneda croata en Rusia».

«Pero si hay un mecanismo simple y eficaz para cambiar directamente una divisa por otra, entonces eso puede funcionar», dijo. «En el caso de que se adopten sanciones muy duras, eso permitiría a Rusia limitar los riesgos».

La presidenta del Banco Central, Elvira Nabiúllina, quiere «incitar lentamente a los bancos a pasar al rublo» y «reducir el papel del dólar en sus balances» prestando menos en la divisa estadounidense.

Según Euler Hermes, otras medidas podrían prever la transferencia de los principales grupos rusos de las plazas financieras extranjeras hacia la bolsa rusa y aumentar las reservas de oro y de euros. Rusia ya ha reducido su volumen de dudas estadounidenses.

Pero a pesar de estas grandes intenciones, Rusia tiene un obstáculo de envergadura: su economía aún depende en gran medida de los hidrocarburos, que cotizan en dólares, y eso no parece que vaya a cambiar pronto.

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