Kos/AFP
Grecia desplegó este miércoles refuerzos policiales en la isla de Kos, en el mar Egeo, desbordada por la llegada de más de 7.000 migrantes y refugiados, en su mayoría originarios de Siria y Afganistán, con la finalidad de evitar incidentes.
Cuarenta policías de las fuerzas antidisturbios griegas (MAT) llegaron al día siguiente del llamado de ayuda lanzado por el alcalde de la isla, quien advirtió que había «riesgo de que corriera sangre».
«Dos escuadrones de MAT, o sea cuarenta efectivos, llegaron a Kos. También serán enviados refuerzos a las otras islas del este del mar Egeo», indicó a la AFP un portavoz de la policía.
Otra iniciativa, un barco capaz de albergar hasta 2.500 personas y tomarlas a su cargo administrativamente será enviado «inmediatamente» a Kos, informó el gobierno heleno, hasta ahora muy criticado por su pasividad.
Además, el comisario europeo para Asuntos interiores, Dimitris Avramopoulos, presidirá el jueves en Grecia una reunón de urgencia, según anunció en su cuenta en la red social internauta Twitter.
La prensa además señalaba el envío de un total de 250 hombres suplementarios para apoyar a las fuerzas locales en las islas ubicadas en primera línea, ante la creciente afluencia de migrantes llegados desde la vecina Turquía.
El alcalde de Kos, Giorgos Kiritsis, indicó a la AFP que la situación «se había calmado» este miércoles tras los incidentes ocurridos la víspera, aunque se mantenía «tensa» a causa del gran número de personas a la espera de ser registradas por las autoridades. Más de 7.000 hombres, mujeres y niños arribaron a esta isla con 33.000 habitantes, destacó.
El martes, agentes de policía intentaron controlar a golpes de bastón y con extinguidores de fuego una verdadera avalancha de centenares de estos migrantes, que intentaban obtener el ‘salvoconducto’ que les permita continuar su viaje hacia la capital Atenas o hacia otros países europeos.
En la víspera, un agente fue suspendido de sus funciones tras haber sido filmado abofeteando a un migrante que se había acercado demasiado a un puesto policial local.
«Desde el comienzo de la semana, agentes del servicio de Inmigración están de refuerzo en Kos para acelerar los trámites administrativos. Esperamos que de aquí al viernes la mayoría de los migrantes en espera habrán podido registrarse y dejar la isla», explicó Kiritsis.
El estadio y el gimnasio de la ciudad fueron destinados para realizar estas gestiones, paralelamente con la comisaría de policía. Fue en el exterior del estadio donde se ocurrieron los incidentes el martes.
MSF acusa a Grecia
La mayoría de los migrantes mudaron su campamento improvisado, desmontando las tiendas levantadas a lo largo de las calles del puerto de la isla, una ciudad muy turística que no dispone de estructuras adecuadas para acoger refugiados.
La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) acusó a las autoridades griegas de no haber intentado instalar infraestructuras apropiadas para recibir a los refugiados, luego de que éstas reconocieran su responsabilidad en casos de maltrato.
Según MSF, el estadio de la ciudad «carece de instalaciones sanitarias, sombra y abrigo», deplorando que sean «expulsados de un lugar hacia otro».
«Antes asistíamos a la ineficacia del Estado. A continuación a los abusos del Estado, con la policía utilizando cada vez más la fuerza contra estas personas vulnerables», declaró el director de operaciones de MSF, Brice de la Vigne.
En otra parte del Mediterráneo, los migrantes socorridos el martes en una embarcación semihundida frente a Libia señalaron que unos sesenta habían desaparecido, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que habló con los sobrevivientes a su llegada a la isla italiana de Lampedusa.
Según los primeros elementos brindados por los rescatados, había entre 117 y 120 personas en la embarcación, todas originarias del África subsahariana (Ghana, Malí, Nigeria, Camerún…).
Los servicios españoles de salvamento en el mar anunciaron por su parte, este miércoles de madrugada en su cuenta en Twitter, que «13 hombres de origen magrebí» fueron auxiliados cuando navegaban en una embarcación precaria en el Mediterráneo, frente a las costas del puerto pesquero de Carboneras (Andalucía, sur de España).
Por otra parte, traficantes de humanos fueron detenidos en Alemania y España.
En España, doce fueron arrestados al mismo tiempo que 85 migrantes albaneses a los que les habían facilitado documentos falsos de identidad para ingresar ilegalmente en el Reino Unido, por avión, anunció la dirección de la Policía Nacional española.
En Alemania, el detenido este miércoles se trataría de un sirio sospechoso de integrar la tripulación del «Blue Sky M», un viejo buque carguero que llegó a Italia repleto de migrantes a fines de diciembre, según investigadores peninsulares.