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@arpassv
La Asamblea Legislativa designó finalmente, la semana pasada, a los miembros del Consejo Nacional de la Judicatura (CNJ) y nuevo titular en la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH). El CNJ estuvo acéfalo más de un año y la PDDH durante dos meses.
Sin embargo, es reprobable que el factor determinante de dicha elección no fue el perfil de idoneidad de los aspirantes, sino la lógica del reparto partidario. Tal situación se evidencia claramente con nombramiento en la PDDH, donde el candidato con mayor experiencia, compromiso e idoneidad era el ex procurador David Morales.
Y el gran ganador de este reparto fue ARENA, ganó tres de siete miembros del CNJ y puso a la procuradora de derechos humanos. Sumando al concejal designado por GANA (partido que ya se está uniendo a ARENA), la derecha tendrá mayoría en el CNJ para definir a los magistrados de la Sala Constitucional en el año 2018.
Por eso ahora no habrá demandas de inconstitucionalidad contra ese reparto partidario. ANEP, FUSADES, Aliados por la Democracia, FUNDE y el Consorcio por la Transparencia sólo impugnan cuando el reparto beneficia a la izquierda gobernante.
Las instancias oligárquicas, sus demandantes pagados y demás pregoneros del supuesto anti partidismo, esta vez ni siquiera se pronunciaron contra la cuestionada elección del CNJ y PDDH. Sus críticas al reparto partidario son hipócritas: ahora, que su partido ARENA tiene la llave para negociar casi todo a cambio de nada, guardan silencio.
Cuando ARENA quedaba fuera de la piñata, FUSADES y compañía presentaban recursos a sus amigotes de la Sala Constitucional. Así los magistrados Belarmino Jaime, Rodolfo González, Florentín Meléndez y Sidney Blanco revirtieron varios nombramientos en el CNJ, Corte de Cuentas y en la propia Corte Suprema de Justicia.
Los medios de comunicación conservadores también se callan. El Diario de Hoy, La Prensa Gráfica y TCS, con su séquito de “analistas”, se hacen del ojo pacho ante la piñata legislativa que tuvo como principal beneficiario a ARENA.
Así que el pregón anti-partido de los voceros de la derecha empresarial y oenegera es sólo cuando les conviene; como lo es también su prédica sobre el acceso a la información, transparencia, rendición de cuentas y anticorrupción. Por eso no exigen investigar la corrupción de los gobiernos de ARENA ni piden perseguir a los grandes empresarios evasores de impuestos.
