Carlos Girón S.
Venezuela se mantiene en el tapete de la actualidad y discusión mundial. La han obligado a mantenerse en esa posición, donde todos comentan lo que esta sucediendo cada día. Ahora son dos puntos centrales alrededor de los cuales se tejen los comentarios. Primero: los apagones totales que ha sufrido la población prácticamente en todo el territorio de la República. Han sido dos en menos de un mes. Y segundo: la llegada de dos aviones rusos a tierra bolivariana.
Sobre esto se ha especulado o informado falazmente en los medios de todos los rumbos, que los aparatos han transportado una guarnición militar de un centenar de soldados, además de equipo también militar. Se ha aseverado a la vez que esa llegada de los aviones es “para participar en maniobras conjuntas de defensa con elementos de las Fuerzas Armadas Bolivarianas”. Prontamente, esto lo han desvirtuado los altos mandos del ejército. Como sea, pudiera ser que ese envío de las dos naves rusas por parte del Presidente Putin a un país y su gobierno amigos, tiene un carácter disuasivo, un mensaje a las potencias –y su muñeco de trapo ya bien conocido- que repiten a cada rato, que con esta República Bolivariana y su Gobierno, “todas las opciones están sobre la mesa”, lo que da a entender que incluiría una invasión militar y el asesinato de su presidente legítimo, Nicolás Maduro –como ya lo intentaron una vez en agosto del año pasado-. El mensaje sería advirtiendo que tan tremendas cosas como esas no deben hacerse, ni siquiera pensarse, porque de materializarlas, las consecuencias que podrían acarrearle al mundo entero serían terribles, inimaginables. Como Rusia, China también esta del lado de Venezuela y podría acudir en su ayuda en caso de una invasión.
Entre “todas esas opciones sobre la mesa”, es que hay que poner los sabotajes contra las plantas generadoras de energía eléctrica, con cuya falta del fluido eléctrico, han sumido en las tinieblas a toda la población del país bolivariano, causándoles cuantiosos daños a los hogares al perdérseles alimentos que necesitan refrigeración, y los comercios que expenden cárnicos, lácteos, verduras, que también requieren aires fríos. El impacto más grave, sin embargo, lo sufren los miles de pacientes recluidos en hospitales de toda la nación, quienes peligran en sus vidas al no poder realizarles las cirugías de emergencia que se necesiten, transfusiones de sangre, tratamientos de diálisis que requieren de una pronta atención so pena de complicaciones fatales.
Atentar de esa manera contra un pueblo entero, de más de 10 millones de habitantes como es el bolivariano, constituye un crimen de lesa humanidad. ¿Cometido por quién o quiénes? Todo el mundo sabe la respuesta. Sin duda, ha sido cometido por el muñeco de trapo traidor y sus titiriteros, que quieren a toda costa acabar con el presidente legitimo y único (Maduro), para invadir la Patria Bolivariana y saquear sus riquísimos recursos naturales. Esto también lo sabe todo el mundo, los únicos que fingen no saberlo son gentes como las del Cartel de Lima, de la OEA y parte, aunque pírrica, de la ONU.
El sabotaje a las plantas generadoras de la energía eléctrica y sus redes distribuidoras es un claro acto terrorista. Por la magnitud del atentado no parece haber sido fraguado por individuos particulares internos, sino más bien ejecutado desde el exterior con la connivencia y soporte de elementos internos que ya se adivina quiénes son.
Hoy en día, con los espectaculares avances de la ciencia y la tecnología son posibles muchas cosas que hielan la sangre. Tales avances van desde poder modificar las condiciones climáticas y las temperaturas ambientales, hasta controlar la mente humana y su voluntad. No es ficción. Se sabe que desde hace un tiempo acá, en la provincia de Gakona, Alaska, se viene desarrollando un denominado “High Frequency Advanced Auroral Research Project” (HAARP: en español “Programa de Investigación de Aurora Activa de Alta Frecuencia”).
En revistas científicas se explica que este proyecto consiste en 180 antenas, que funcionando en conjunto, será como una sola antena que emitirá 1 GW =1.000.000.000 W, es decir, un billón de ondas de radio de alta frecuencia, las cuales penetran en la atmósfera inferior e interactúan con la corriente de los así llamados elecrojets aureales.
Se sigue explicando que algo de base científica asoma en todo este asunto, pues el HAARP, con sus cientos de millones de vatios de potencia y antenas se puede considerar como un verdadero “calefactor” de la alta atmósfera, provocando una tremenda ionización que puede acarrear consecuencias imprevisibles, y que debido a su efecto “espejo” podría dirigir (ojo aquí con lo que sigue), sus efectos hacia cualquier zona del planeta. Y se agrega: estaríamos hablando de un nuevo tipo de arma, capaz de intensificar tormentas, prolongar sequías (sabotear plantas eléctricas, se puede agregar), sobre territorio de un supuesto enemigo, y perjudicándolo sin que éste se diera cuenta… Aquí si, hay 10 millones de venezolanos que están padeciendo esos daños causados por sus enemigos de adentro y de afuera.
Queda visto, que todo esto que se le está haciendo al pueblo bolivariano y sus legitimos gobernantes perfectamente puede calificarse y tipificarse como un horrendo crimen de lesa humanidad, cuyos autores tal vez aquí en la Tierra no puedan ser juzgados y condenados, pero sí, sin ninguna duda, se están acarreando una inevitable maldición, individual y colectivamente, ello por el cumplimiento de una ley divina. Ley de Compensación…
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