Alma Vilches
@AlmaCoLatino
Las personas jóvenes en situación de riesgo, requieren de oportunidades vinculadas al compromiso de instituciones, empresas y comunidades; apostar por el trabajo juvenil, es apostar por el desarrollo de El Salvador, así lo explicó Rodrigo Barraza, coordinador del Índice de Desarrollo Humano (IDH 2018) del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Barraza, dijo durante el foro “Futuro de la juventud salvadoreña”, que invertir en las personas jóvenes es clave para el desarrollo, pues de aquí a 2030 es importante se hagan inversiones en la juventud, particularmente en salud, educación y empleo decente; no puede haber desarrollo sin seguridad, debido a desarrollo humano y seguridad ciudadana son dos caras de una misma moneda.
El coordinador del IDH 2018, enfatizó que empoderar a la juventud hoy más que nunca es importante, dado que invertir más en las capacidades de las personas jóvenes es urgente, para maximizar el beneficio social y económico de la ventana de oportunidad, la cual se prevé estará abierta hasta el 2035.
Según Rafael Pleitez, representante residente auxiliar del PNUD, en El Salvador solo el 17 % de los jóvenes entre 16 y 29 años tienen un empleo decente, con un salario adecuado, con prestaciones sociales, por lo cual, se hace necesario mejorar la inserción de este grupo.
Hay diferentes dimensiones, uno es la adecuación del curriculum a la demanda de los sectores productivos, ahí hace falta una mejor comunicación e intermediación entre el mundo educativo y laboral, otra condición es la estigmatización que sufren muchos jóvenes, por vivir en ciertas zonas, por lo cual se hace importante estimular espacios de dialogo, impulsar iniciativas como las pasantías. “Los jóvenes se encuentran en medio de la violencia como las principales víctimas y victimarios, pero también los jóvenes en El Salvador se caracterizan por ser altamente resilientes, a pesar de todas las adversidades el joven es capaz de salir adelante. Si los jóvenes salvadoreños tuvieran mejores oportunidades de educación, inserción laboral, daríamos como país un salto en nuestro desarrollo humano”, afirmó Pleitez.
Entre tanto, Katherine Andrade, asesora regional de Empleabilidad juvenil de Catholic Relief Services (CRS), comentó que uno de los programas exitosos implementado en el país desde hace una década es el modelo “Jóvenes constructores”, el cual ha ayudado a este grupo de la población a salir adelante, buscar un empleo, establecer un emprendimiento o retomar sus estudios.
De acuerdo con Andrade, dicho programa ha beneficiado a 9 mil jóvenes en riesgo, enfocado en trabajar con los jóvenes más excluidos del país, que no han tenido las oportunidades necesarias, ya que ellos pueden ser protagonistas o víctimas, tanto del desempleo y la violencia, así como de la migración.
El foro “Futuro de la juventud salvadoreña”, tiene como objetivo sumar esfuerzos para que entre los distintos sectores de la sociedad apoyen a la juventud salvadoreña, brindándoles oportunidades de crecimiento y desarrollo, tanto a nivel profesional, laboral, emprendimiento y académico.