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Arranca una nueva era en el negocio de la música: “Los próximos 18 meses cambiarán radicalmente la forma en que la gente escucha música”, for sale pronostica el presidente de la firma especialista en altavoces Sonos, John McFarlane. El streaming, que permite escuchar música directamente en Internet, está a punto de dar el salto al mercado de masas. Y el servicio Apple Music, que se puso en marcha el martes 30 de junio, dará un impulso decisivo en esa revolución, asegura el experto.
Apple se ha subido al carro del negocio de la música en streaming con una gran ventaja: el consorcio cuenta con una base de unos 800 millones de clientes, muchos de los cuales están ya acostumbrados a pagar por realizar descargas de temas musicales. Y el nuevo servicio podrá ahora vincularse sin problemas con la app de música que ofrecía Apple hasta el momento.
Además, en esta ocasión la oferta no se limita a quien disponga de un iPhone, sino que con una app de Android estará también al alcance de los clientes de la competencia.
Apple Music comienza su andadura en un punto de inflexión crítico para la industria de la música. Mientas el sector sigue haciendo la mayor parte de su negocio con los ya antiguos CDs y con las canciones que pueden comprarse mediante descargas online. Pero ambos modelos están en retroceso.
El streaming ya supuso el año pasado más de una décima parte de las ventas del sector en todo el mundo de unos 15.000 millones de dólares. Y la tendencia es que siga creciendo.
La pregunta decisiva desde el punto de vista de la industria de la música es si los actuales compradores de CD y de canciones por descarga optarán por servicios de abono a cambio de un pago o por acceder a la música gratuita que ofrece la plataforma YouTube o algunas ofertas en streaming.
¿Podrán mantenerse los actuales volúmenes de venta tras la revolución online? ¿O tendrá que sufrir el sector dolorosas pérdidas?
“Las grandes empresas musicales opinan que los servicios gratuitos de música en streaming deben desaparecer. La pregunta es con qué velocidad y de qué manera ocurrirá”, señala un experto del sector.
En ese proceso confían en el poder de atracción de Apple. Con Apple Music, el consorcio ofrecerá una radio online que se financia con publicidad, pero no habrá variante gratuita como la que ofrece el líder del mercado en estos momentos, Spotify.
Las cifras de Spotify dejan claro al mismo tiempo que la mayoría de usuarios hasta ahora ha estado dispuesto a aceptar molestias y limitaciones en lugar de pagar. Y es que entre los hasta ahora 75 millones de usuarios de la firma sueca, sólo 20 millones son clientes que pagan un abono.
Además, muchos millones sobre todo de usuarios jóvenes optan por ver y escuchar música en la plataforma de video de Google YouTube, lo que supone una piedra en el zapato para quienes ofertan música en streaming desde hace mucho tiempo.
“YouTube lleva años presionado por la industria de la música, también por artistas que no han dado luz verde a la publicación de sus canciones en servicios en streaming”, critica Thorsten Schliesche, el manager en Europa del servicio de música en streaming estadounidense Rhapsody, a la que pertenece por ejemplo la marca Napster. “El gran obstáculo en medio es en realidad YouTube”.
Las discográficas y Apple ven a YouTube también como su mayor obstáculo para hacer que la gente pague a cambio de música, apunta otro experto del sector que prefiere no dar su nombre.
Schliesche está convencido de que incluso grandes competidores de Apple como Spotify y Napster podrían crecer si el consorcio del iPhone encauzara la atención en el modelo de negocio musical en su conjunto.
En caso contrario, quienes ya hoy en día tienen problemas, enfrentarán aún mayores dificultades en el futuro. “En el negocio hay que tener un cierto tamaño para poder trasladar los costes de la plataforma al mayor número de clientes posible”.
Los servicios de streaming se enfrentan además a otros problemas como los miedos de los músicos que temen no poder seguir saliendo adelante si los ingresos del streaming reemplazan a las ventas actuales.
“A corto plazo se ingresa por cada stream menos que por cada CD”, reconoce el jefe en Alemania del servicio francés Deezer, Michael Krause. “Sin embargo a largo plazo los artistas reciben dinero por cada vez que su canción suena en la red”. De esta forma, los artistas se ven obligados también a ser mucho más activos que antes para permanecer en el punto de mira de sus fans. “Y quien lo acepte, se dará cuenta de que con ello puede ganar mucho más dinero”.