@JoakinSalazar
Con una pequeña tijera en mano, try Juan Miguel da los últimos retoques a un pantalón que dentro de unas semanas será utilizado por un estudiante, en un centro escolar del país. El trabajo casi por terminar inició desde muy temprano. Antes de las ocho de la mañana, Juan Miguel sale del sector donde está recluido, en el Centro Penal “La Esperanza”, mejor conocido como “Mariona”.
Junto a Juan Miguel, 34 hombres más trabajan en una pequeña maquila, donde 19 máquinas arrancarán motores para la entrega diario de 110 prendas, pantalones o camisas, que serán entregadas a autoridades del Ministerio de Educación para la entrega de uniformes a miles de estudiantes.
Con el modelo de gestión penitenciaria “Yo Cambio”, implementada algunos años atrás, los privados de libertad de los 19 centros penitenciarios cuentan con una segunda oportunidad, concepto que Juan Miguel retoma para sí mismo después de haber tomado malas decisiones que lo llevo al reclusorio.
La filosofía, “el que sabe le enseña al que no sabe”, es implementada en la maquila del Penal de Mariona. José Antonio Martínez, condenado a 20 años de prisión, ha sido el maestro de muchos privados de libertad, entre ellos Juan Miguel, que tras meses de aprendizaje y cicatrices en sus manos, ha aprendido una profesión que al salir en unos años pondrá en marcha.
“Esta es una oportunidad, tenemos mucho trabajo y nos distraemos, sentimos que no estamos en un centro penitenciario”, comentó Juan Miguel.
Martínez afirmó que las 35 personas trabajan desde las ocho de la mañana, hasta las cinco de la tarde, pero cuando hay mucho trabajo y se les es permitido se quedan más tiempo en la maquila. “Estamos elaborando uniformes de centros escolares, también hemos trabajado para custodios, cuando ya vino, el material escolar solo esa área trabajamos, a la semana sacamos entre 500 y 550 uniformes, trabajamos 35 personas, incluyendo manuales, operaciones, mecánico, bodega, empacadoras”, explicó Martínez.
En diciembre pasado, las autoridades de Centros Penales y del Ministerio de Educación, firmaron un convenio, para que los privados de libertad elaboren uniformes escolares, hecho que está siendo evidenciado y dando resultados positivos, para ambas instituciones.
Y es que con esta iniciativa, los privados de libertad de Mariona, cuentan con herramientas de trabajo para terminar con el ocio carcelario, que por años había generado hacinamiento y descontrol dentro de cada recinto penitenciario.
Ahora, las autoridades de seguridad, le han dado un impulso a la Dirección de Centros Penales a través del fortalecimiento del modelo penitenciario “Yo Cambio”, que permite generar segundas oportunidades a los privados de libertad, reduciendo los niveles de violencia dentro de cada penal. “Aquí hay 14 máquinas eléctricas operando y cinco de pedal, que también están elaborando pantalones o camisas, todo esto es importante, porque uno pasa el tiempo más ocupado, yo desde el 2007 laboro aquí, como mecánico, además cuido el sector y enseño”, recalcó Martínez.
El pasado 16 de febrero, la maquila entregó una flota de pantalones escolares, mientras que para el día 24 se entregará otro cargamento de camisas y pantalones, trabajo que los 35 reos encomiendan a Dios.
Los 35 privados de libertad pasaron por la unidad de criminología que los evalúo, para poder acceder al programa Yo Cambio en Maquila. De acuerdo a Martínez llegan entre tres a cuatro personas de una vez, a los cuales se les prepara e inmediatamente se les pone a laborar, “hay bastante gente que se ha ido libre, de aquí se van gracias a Dios, el sistema les ha ayudado en este aspecto y se van con una profesión”, aseguró.
Recientemente, el Director de Centros Penales, Rodil Hernández, visitó las instalaciones de la maquila, donde conoció el trabajo que realizan los 35 privados de libertad en la elaboración de vestimentas.
Hernández resaltó que las instalaciones de las áreas donde se realizan talleres “tienen otro color, otra cara”, porque están en momentos de transformación para garantizar el derecho de reinserción de los miles de hombres recluidos dentro del programa “Yo Cambio”.
También, en su visita, Hernández resaltó el trabajo de la Panadería, con la preparación de diferentes tipos de pan dulce y pan francés. La panadería industrial fue inaugurada en marzo de 2015 con el objetivo de involucrar a privados de libertad de fase ordinaria en las actividades productivas que se desarrollan al interior del recinto.
El Encargado de la Panadería, Adrián Hernández, manifestó que el trabajo de los internos es muy positivo y les cambia la forma de pensar al valorar el trabajo que tienen.
“Para ellos ingresar aquí a la panadería es un beneficio, solo entran internos de buen comportamiento y que se someten a una evaluación. A los privados de libertad se les da una oportunidad de aprender un oficio y poder salir a defenderse cuando recobren su libertad”.
Con estas iniciativas, el Centro Penal La Esperanza cumple con su compromiso ante la sociedad salvadoreña, de reinsertar a la vida productiva a hombres y mujeres, a través de una segunda oportunidad de vida, abonando a la reducción de violencia e inseguridad en el país.
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