Tegucigalpa/AFP
El Congreso de Honduras aprobó este una reforma legislativa que califica como terroristas a los pandilleros y a los participantes en manifestaciones de protesta, pese a un fuerte rechazo de la oposición.
En una sesión del Congreso, integrado por 128 diputados de cinco partidos, el secretario del legislativo, Mario Pérez, sometió a votación un artículo del Código Penal que «tipifica como terrorista el delito de asociación ilícita».
En el siguiente artículo, Pérez dio como aprobada la norma que establece que comete delito de terrorismo quien realiza cualquier acto destinado a «intimidar o causar terror u obligar al Estado y organización internacional a realizar cualquier acto».
Unas 2.000 personas, según estimaciones de la prensa, participaron en un mitin de protesta por estas decisiones del parlamento en las afueras del edificio legislativo.
El paquete de normas denominado Ley para el Fortalecimiento y Efectividad de la Política de Seguridad –que establece penas de hasta 50 años de cárcel–, fue enviado por el presidente Juan Orlando Hernández después de una intensa campaña progandística por medios de comunicación.
Hernández ha insistido en que durante manifestaciones de movimientos sociales se cometen actos violentos, como incendiar negocios de comida rápida.
En rueda de prensa, previo a la sesión legislativa, el gobernante llamó a los diputados a aprobar la normativa, argumentando que hay que actuar antes de que la pandillas hagan lo mismo que en El Salvador.
En El Salvador las pandillas «decidieron enfrentar a las autoridades y eso provocó la muerte de más de 60 efectivos» y «por eso es que se han planteado reformas penales», expresó.
Líderes de la oposición integrados en una alianza contra el gobierno, entre ellos el expresidente y diputado del partido Libertad y Refundación (Libre) Manuel Zelaya, rechazaron públicamente el proyecto en una rueda de prensa.
El diputado de Libre Rasel Tomé dijo en la cámara que «el Estado no tiene que utilizar la venganza» contra las pandillas y que «la violencia no es solución para reducir los crímenes».
Indicó que hay pandilleros sentenciados a 300 años de cárcel y eso no ha disminuido la violencia.
Honduras es uno de los países más violentos del mundo, con una tasa de 60 homicidios por cada 100.000 habitantes, más de seis veces el promedio mundial de 8,9.