Caralvá
Intimssimun
Del Libro: Los verdugos voluntarios de Hitler: alemanes comunes y corrientes del holocausto / Daniel Jonah Goldhagen –México: Santillana, 2005 – 1 ed México – 751 p. la siguiente cita: ¿Qué es lo que define a una institución de matanza genocida? ¿Qué es lo que define a un perpetrador? Una institución de matanza genocida es toda aquella que formaba parte del sistema de destrucción. Un perpetrador es quien, a sabiendas, contribuyó directamente a las matanzas de los judíos, en general cualquiera que trabajara en una institución de matanza genocida. Esta definición incluye a todas las personas que acabaron con las vidas de judíos y todas aquellas que prepararon el escenario para el último acto letal, cuya ayuda fue decisiva para poder matar judíos. Así pues, quien formaba parte de un pelotón de fusilamiento y disparaba contra judíos era un perpetrador, quienes detenían a esos mismos judíos, los deportaban (sabiendo cuál era su destino) a un centro donde los mataban o acordonaban la zona donde sus compatriotas los fusilaban eran también perpetradores, aunque no fuesen ellos los encargados directos de la matanza. Lo eran los maquinistas y administradores de ferrocarriles conocedores de que transportaban judíos hacia la muerte, los funcionarios eclesiásticos que sabían que su papel en la identificación de judíos como no cristianos conduciría a la muerte de los judíos, lo era el ya proverbial “asesino de escritorio” (Schreibischtäter), el cual quizá no veía a las víctimas, pero cuyo papeleo lubricaba las ruedas de la deportación y la destrucción.
En la mayoría de los casos no resultaba difícil decidir si determinados individuos o categorías de personas deben considerarse perpetradores. Todo aquel que trabajara en un campo de la muerte, que era miembro de un Einsatzkommando, un batallón policial u otra institución policial o civil que matara judíos o los deportara a campos de la muerte, que perteneciera a una unidad del ejército dedicada a operaciones genocidas, todo aquel matara a un judío por su cuenta, sabiendo que en Alemania había decretado una política de matanza genocida, era un perpetrador. ¿Y qué decir de los alemanes, policías o civiles, que custodiaban o administraban guetos, aquellos alemanes al frente de los depósitos que contenían a los judíos condenados a la extinción? “ pág 216-217.
Estas breves líneas pueden ayudar a entender el complejo de la asociación nazi de voluntarios ideológicos contra alemanes que profesaban la religión hebrea, que en esencia las acusaciones de Hitler son una mentira, esa falsedad incrustada en las mentes germanas envenenó su espíritu de odio, fanatismo y sus acciones genocidas. Es importante señalar que muchos nazis no actuaron por presión externa, ni por órdenes superiores, ni por nada, tenían consciencia del mal de sus actos etc., eran los ejecutores voluntarios del holocausto.
Pensar que Hitler llegó al poder por la vía democrática, pero pronto abolió a toda oposición, pretendió crear una nueva Alemania militar, encarceló a los opositores, censuró a la prensa, formó cuerpos paramilitares policiales y condujo al pueblo alemán al desastre.
Estudiemos la historia, comprendamos que el fanatismo, el odio o la exclusión terminarán mal.
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