Marlon Chicas – El Tecleño Memorioso
“Aquí estamos, aunque algunos ya no están a nuestro lado, ya el otoño arrasó con el verano, y el invierno será crudo, pero aquí estamos”.
23 años han pasado de ese fatídico sábado 13 de enero de 2001, cuando el reloj marcó las 11:33 de la mañana; en la que Santa Tecla es estremecida por un potente terremoto de 7.7 grado en escala Richter, llevándose consigo la vida de muchos de sus hijos, así como años de historia en infraestructura pública y privada, dejando a su paso una estela de luto y dolor.
Aún se recuerda como la tierra se sacudió con violencia ante nuestros ojos; lo que parecía nunca acabar, pasada la tempestad llegó la calma, un ambiente sombrío se apoderó de Santa Tecla, llantos, gritos y sirenas se escuchaban por doquier presagiando la catástrofe que enluto a la Ciudad de Las Colinas.
Muchos observamos con impotencia y tristeza, los escombros de humildes viviendas, madres con hijos en brazos en búsqueda de ayuda, edificaciones históricas demolidas sin misericordia, las iglesias de Concepción, Nuestra Señora de Guadalupe, San Antonio y El Carmen heridas de muerte en sus cimientos, antiguos portales desplomados por la fuerza de la naturaleza, el panorama era desolador lo que rompió nuestros corazones en llanto.
Una inmensa montaña de tierra y lodo de la Cordillera del Bálsamo yace sobre lo que alguna vez fueron viviendas de la Residencial La Colina 2; de inmediato inició la búsqueda de sobrevivientes entre los hierros retorcidos, a lo lejos se dejaban oír gritos pidiendo ayuda los que poco a poco se fueron apagando con el pasar de las horas, padres de familia intentaban infructuosamente ubicar sus hogares, mientras un grupo de cuerpos yace al pie de fray Pedro, quien oraba por el eterno descanso de los fallecidos.
Cómo olvidar el designio del Creador en lo personal, al responsabilizarme de la fosa común, dando cristiana sepultura a muchos de ellos. 23 años después llego a la conclusión, que Dios quiso que desarrollará tal labor, de la que no me arrepiento y volvería hacerlo de ser necesario.
De muchas otras situaciones difíciles los tecleños hemos salido adelante, por lo que hoy más que nunca debemos estar preparados y unidos, para demostrar de lo que estamos hechos y decir con aplomo ¡Aquí estamos!
Sirva este póstumo homenaje a los fallecidos del terremoto del 13 de enero, que enluto a nuestra querida Ciudad de Las Colinas, pidiendo al Creador que la historia no se repita, ruego por el descanso eterno de quienes ya no están entre nosotros, así como resignación a sus apesaradas familias.
No olvidemos nunca las palabras de Jesús “Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre”
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