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El ministro saudita de Energía, Abdulaziz bin Salmán, ha reconocido el martes que no sabe quién está detrás de los ataques contra la productora petrolera principal del país, Saudi Aramco, que el pasado sábado sufrió un incendio en sus instalaciones tras un ataque con drones o con misiles de crucero, según la última versión barajada por algunos medios.
El príncipe saudí agregó que su país mantendrá el papel de un proveedor seguro del crudo en los mercados globales y añadió, sin especificar detalles, que habrá que tomar medidas más duras para impedir futuros ataques contra las instalaciones petroleras.
Durante conferencia de prensa, el alto funcionario anunció que el suministro de petróleo del reino ha recuperado los niveles anteriores al ataque y prometió que hasta finales de mes la producción diaria de crudo alcanzará los 11 millones de barriles.
Abdulaziz bin Salmán aseguró que Aramco resurgió tras el ataque «como un ave fénix de las cenizas», mientras que desde la propia compañía señalaron que los trabajos de reparación de las refinerías aún están por estimar, pero que, dado el tamaño del gigante petrolero, estos no serán tan significativos.
El 14 de septiembre de 2019, un grupo de drones perpetró un ataque contra dos refinerías de petróleo de Saudi Aramco, ubicadas cerca de Abqaiq y Khurais, al este del país. Los ataques redujeron el suministro de petróleo crudo de la compañía en alrededor de 5,7 millones de barriles por día, lo que supone alrededor del 50% de su producción.
Las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron las acciones y prometieron intensificar sus ataques contra Arabia Saudita. Por su parte, Washington acusó a Teherán de estar detrás de esto, pero desde Irán negaron la autoría y tacharon las acusaciones de «mentiras máximas».