San Salvador/PL
Charly Morales Valido
La campaña mediática del derechista partido Arena contra el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) sublima lo peor del periodismo contemporáneo en El Salvador.
Un vistazo desprejuiciado a la estrategia de esa agrupación en la prensa afín a sus intereses evidencia varios de los pecados capitales del ejercicio periodístico, más allá de la fantasiosa imparcialidad.
Medias verdades, declaraciones sacadas de contexto, acusaciones sin pruebas ni argumentos, amarillismo rampante sin corroborar ni contrastar fuentes, son cotidianos en la gran prensa salvadoreña.
Las redes sociales se prestan al famoso ‘fake news’ (noticias falsas) y el ‘fact checking’ (verificación de hechos) brilla por su ausencia en medios de gran tirada, alcance y arraigo en este país.
La inminencia de las elecciones legislativas y municipales el 4 de marzo próximo arreció la ofensiva contra la histórica formación salvadoreña de izquierda, cuya verdad es silenciada por los medios.
La retórica de turno se concentra en cuestionar el cambio social logrado por las dos administraciones del Frente, vendiendo una idea de Estado fallido y de que la situación sigue igual o peor.
Algunas portadas se recrean en el morbo de la violencia y otras en las encuestas propicias, aun cuando los comicios presidenciales de 2016 en Estados Unidos ridiculizaron la eficacia de los sondeos.
Además, los políticos de Arena acuden a tertulias y entrevistas de televisoras afines para mentir sistemáticamente sobre la obra del FMLN, sin argumentar sus críticas ni ofrecer propuestas puntuales.
Entre las falsedades repetidas sobresale el mito de que la pobreza aumentó durante los gobiernos del Frente, cuando los indicadores internacionales evidencian lo contrario.
En 2008, el último año de Arena en el poder, la pobreza afectaba al 40 por ciento de los hogares, mientras que el pasado año bajó del 30 por ciento, pues aumentaron los ingresos salariales y las remesas.
Tampoco es cierto que aumentara el costo de la vida (la canasta básica disminuyó respecto al año anterior), ni que Arena apoya la labor policial, cuando le han negado votos a su modernización.
Por otro lado, los voceros de la derecha afirman que se perdieron 35 mil empleos en 2017, pero el Instituto Salvadoreño del Seguro Social registró más altas y aumentó la demanda de trabajo agrícola.
Arena podría admitir que legó 12 de los actuales 20 impuestos, o que el país tiene la menor inversión extranjera de la región desde 2006, pero esos hechos, tristemente, no dan titulares ni captan votos.