Eugenio J. Ríos
Arena es un partido ultraconservador, más allá del nacionalismo pregonado, se aferran a mantener condiciones sociales características de los inicios del siglo XX, cuando el 3% de la población era propietaria del 65% de las mejores tierras de El Salvador y la naciente oligarquía terrateniente mantenía un férreo control político y económico.
Un instituto político de estas características está imposibilitado de generar bienestar a la población salvadoreña, sobre todo a la más vulnerable, sin ir demasiado lejos lo comprobamos con sus nefastos cuatro gobiernos, cuando fueron incapaces de introducir programas sociales y subsidios para atender las necesidades de las mayorías.
Por el contrario, su ideario, su filosofía, si acaso la tienen, les impide promover planes para atender las urgentes necesidades de la gente, su modelo neoliberal, por el contrario, los lleva a reducir el Estado, a eliminar los subsidios, a aumentar determinados impuestos como el IVA y continuar con la privatización de los bienes nacionales.
Si eventualmente Arena triunfara en las elecciones de 2019 y regresara a la presidencia de la república, en este país se terminarían los programas sociales como los paquetes escolares y los agrícolas, ya no habría más subsidios para la energía eléctrica, el agua, el gas propano y el transporte público.
Las conquistas alcanzadas por los sindicatos y las asociaciones durante los dos gobiernos del FMLN serían eliminadas, baste recordar que en los 20 años de los cuatro gobiernos de Arena desaparecieron muchas organizaciones sociales y los sindicatos y asociaciones en los ministerios fueron clausuradas.
En los gobiernos de Arena se privatizaron las telecomunicaciones (la antigua ANTEL dejaba una ganancia de más de $300 millones anuales al Estado), el sistema financiero, las pensiones (causa del actual deterioro actual) y se quiso hacer lo mismo con la Salud y el agua; pero debido a la presión de la población se desistió de hacerlo.
Por cierto, la fracción legislativa de Arena, por lineamientos superiores, se opone a la aprobación de la Ley de Aguas para proteger los mantos acuíferos y cerrar toda posibilidad de una privatización de este recurso hídrico, actualmente sobre explotado por empresas dedicadas a la producción a gran escala de bebidas gaseosas.
El actual gobierno del FMLN no es infalible y por lo tanto está sujeto a cometer errores; pero jamás para dañar a la población, por el contrario todos sus planes y proyectos a mediano y largo plazo, están encaminados a favorecer y llevar bienestar a la población, como la vasta red vial construida a lo largo y ancho del país.
Sin embargo, la derecha más cavernaria de este país mantiene una campaña permanente de desprestigio tratando de hacer creer a la población que el gobierno pretende “robarse las pensiones de los trabajadores” o se “opone a la aprobación del salario mínimo para los trabajadores”.
El gobierno, en honor a la verdad, busca garantizar una pensión digna y vitalicia para empleados públicos y trabajadores privados, lo mismo un salario digno de $300.00 para el sector urbano y $250.00 para el área rural, contrario al miserable aumento del 5% propuesto por la ANEP.
Las características esenciales de Arena y sus patrocinadores, son el lucro, la avaricia, la defensa a ultranza de sus intereses bastardos y un desprecio absoluto a las necesidades de las mayorías poblaciones, como se puede comprobar con su oposición a un salario mínimo digno y a una justa pensión para los trabajadores.