Seguramente nadie se sorprenderá de la revelación que hizo un empresario de derecha, buy viagra quien, aseguró que el partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), fue uno de los “destinatarios” de un donativo de $10 millones entregados por Taiwán al ex presidente Francisco Flores.
Flores, quien huye de la justicia, aseguró en una Comisión Especial que investiga el paradero de diez millones de dólares otorgados por Taiwán a El Salvador, que en efecto él había recibido esa y otras cantidades, en cheques a su nombre, pero que los había “hecho llegar a los destinatarios”.
Cuando en la Comisión le preguntaron quién o quiénes eran los destinarios, el ex mandatario escuetamente respondió, una y otra vez “los destinatarios”.
Flores, según las conclusiones de la Comisión Especial Legislativa, no solo habría hecho mal uso de los 10 millones de dólares entregados por Taiwán, y que la oficina del Tesoro de los Estados Unidos había reportado al país, que “hubo movimientos sospechosos del dinero”, por lo que podría haber habido lavado de dinero.
Una buena cantidad de ex funcionarios del Gobierno de Flores desfilaron ante la Comisión Legislativa, pero ninguno dijo conocer de la existencia del dinero, ni mucho menos saber quiénes eran los “destinatarios”.
El miércoles anterior, incluso, Guillermo Avila Quehl, de los fundadores del partido ARENA, quien minutos antes había asegurado bajo juramento a los legisladores que desconocía sobre el destino de los fondos taiwaneses, pese a que él firmó la autorización para abrir la cuenta bancaria de ARENA en Costa Rica, lo cual se puede leer en el requirimiento fiscal.
Quién sí soltó la lengua, quien sabe por qué razones, fue Gerardo Balzaretti, presidente del Centro de Estudios Políticos “Antonio Rodríguez Porth”, un centro con tentáculos en el partido ARENA, quien dijo que: “Todos los fondos fueron a parar a una cuenta del partido ARENA”.
Balzaretti explicó a los legisladores que el millonario monto taiwanés fue gestionado por el ex mandatario salvadoreño ante el gobierno de esa isla asiática y que fue depositado en una sede internacional del Banco Cuscatlán, en Costa Rica, en una cuenta a nombre del partido político ARENA, que estuvo abierta por seis meses.
El empresario detalló que la apertura de la cuenta en el banco salvadoreño en Costa Rica le fue solicitada por un dirigente de ARENA, cuyo nombre aseguró no recordar, así como el de las personas a las que les encomendó viajar a San José, la capital costarricense, para abrir la cuenta bancaria.
Los fondos provenientes de una ayuda del gobierno y pueblo de Taiwán tenían otro destino. Por ejemplo, ayudar a los damnificados de los terromotos de 2001. Por supuesto, a ninguno de los afectados en Las Colinas, de Santa Tecla, se les entregó ningún “saquito” lleno de dinero, como aseguró el ex presidente Flores.
Cada vez que la Comisión Especial de la Asamblea Legislativa abre espacios para que declaren otros areneros o ex funcionarios del Gobierno de Flores, queda en claro que muchos sabían del tema, pero todos dicen cualquier cosa, para ocultar lo que saben.
Lo que no pueden ocultar es que el dinero vino de Taiwán y que pasó por las manos del ex presidente Flores, y que de las de éste nadie sabe a quienes pasaron.
Tampoco podrán ocultar que este sonado caso se hizo público gracias al conocimiento y valentía del ex presidente Mauricio Funes, quien hoy sufre una “persecusión” de toda la derecha recalcitrante salvadoreña.