El partido que representa los intereses de la oligarquía salvadoreña ha entrado en los últimos años en una serie de contradicciones, treat las cuales los está llevando a un inevitable colapso, viagra producto del desgaste que le ha generado la implementación de un encadenamiento de políticas económicas de privilegios para beneficiar a un reducido grupo de personas. El partido Arena, desde que llegó al poder en el año de 1989, comenzó a implementar a la perfección el modelo neoliberal sugerido por Washington. Inició con el proceso de privatización del sistema bancario, y es justamente aquí donde se produce un quiebre histórico en el modelo agrario-oligárquico que venía implementándose desde hace varias décadas en el país; es decir, se impone así un modo de producción sustentado en el sector financiero e importador vinculado a los contornos transnacionales de capital y de servicios.
El expresidente Alfredo Cristiani, valiéndose de su investidura al ostentar la primera magistratura de la República, se autovendió gran parte de los bancos. El proceso fue bastante simple, ya que por medio de la aprobación de la Ley de Saneamiento y Fortalecimiento de Bancos Comerciales y Asociaciones de Ahorro y Préstamo en el mes de noviembre de 1990, el estado salvadoreño asumió la responsabilidad, siendo Cristiani por supuesto el presidente en aquel entonces, de sanear la cartera morosa de los bancos nacionales a través de la transferencia de cartera de alto riesgo, un proceso que al finalizar le costó al fisco salvadoreño cerca de 3,500 millones de colones; o sea aproximadamente 700 millones de dólares. En el mismo mes de noviembre de ese año, se aprueba la Ley de Privatización de las Instituciones Financieras Nacionalizadas, y así se abre un ciclo de compra abreviada por parte de manos privadas de las acciones “saneadas” con capital público. ¿Qué beneficio obtuvieron las mayorías populares con tal privatización?
Todo lo anterior coadyuvó para que el proceso de privatización de la banca culminara en la configuración de un oligopolio financiero controlado por familias oligarcas del país. Ahora bien, la ganancia de los oligarcas no llega hasta ahí. El capital trasnacional se vio motivado –dada las enormes ganancias del oligopolio financiero criollo- a comprar esos bancos a través de la entrada en vigencia del TLC-CAFTA con los Estados Unidos. En esa direccionalidad en el año 2004, la oligarquía financiera salvadoreña no tuvo otro camino que vender los bancos con una ganancia estupenda de 4 mil millones de dólares según estudios del prominente marxista salvadoreño Dr. Salvador Arias.
Veamos muy brevemente lo que fue la segunda administración de Arena en manos del expresidente Armando Calderón Sol. Esta administración le dio continuidad al modelo neoliberal privatizador; de esa manera el expresidente Calderón Sol privatiza ANTEL, argumentando que era un ente estatal con poca rentabilidad, cuando en realidad para esa época las ganancias anuales de ANTEL eran de aproximadamente 600 millones de colones, su equivalente en ese tiempo a 68,9 millones de dólares. Posteriormente el expresidente Calderón Sol inicia y consolida la privatización del fondo de pensiones, creando así las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP); los beneficiados con esta privatización fueron los grandes banqueros privados ligados a Arena, quienes terminaron integrando las AFPs a sus prósperos perímetros financieros de prestación de servicios. ¿Se benefició el pueblo salvadoreño con esta política privatizadora? Por supuesto que no. Con estas privatizaciones se propició el despido de miles de trabajadores.
Ahora observemos la administración más desastrosa y corrupta del partido Arena: la administración de Francisco Flores Pérez, quien se encuentra escondido en algún lugar porque gracias a la denuncia pública hecha por el actual presidente Mauricio Funes, se logró establecer una Comisión Especial en la Asamblea Legislativa, la que ha logrado precisar que son 75 millones de dólares los que Flores Pérez ha desaparecido. Estos actos de corrupción aparte de lindar con una serie de ilícitos penales, son una clara violación a los Derechos Humanos, en tanto que esas donaciones provenientes de Taiwán debían de haber sido destinados a las víctimas de los terremotos de enero y febrero del año 2001. Otra parte de esas donaciones para la gente pobre debía de ser destinada para las víctimas del huracán Mitch. La otra medida impopular e inconsulta fue la dolarización de nuestra economía, la cual vino a generar más pobreza en el seno de la sociedad salvadoreña.
La última administración de Arena –de la cual no se hacen cargo- fue la del expresidente Elías Antonio Saca. Durante la administración de Saca en el mes de agosto del año 2004 se firmó el TLC con los Estados Unidos. Ello por supuesto pone en desventaja competitiva a nuestro país. A parte que al sufrir una fragilidad en el agro salvadoreño, la importación de productos agrícolas viene inevitablemente a neutralizar la poca exportación que registra el país.
Como se ha podido detallar someramente, ya que esta columna resulta insuficiente para enumerar todos los actos de corrupción de Arena, el instrumento político de la oligarquía ha venido a empobrecer más a las grandes mayorías populares. Esta oligarquía a través del partido Arena ha acumulado y concentrado aún más la riqueza en pocas manos, ha hecho más grande la brecha entre ricos y pobres que, dicho sea de paso, ello ha propiciado el surgimiento y consolidación del conglomerado grupo llamado el G-20. El pueblo salvadoreño vivió con la esperanza durante 20 años que se materializara la famosa “teoría del rebalse”, pero ese vaso al parecer no tenía fondo. Fue por todo ello que las mayorías populares en marzo del año 2009 decidieron votar mayoritariamente por el FMLN, partido que por ahora es la vanguardia de la clase trabajadora y de los campesinos. A partir de ese histórico triunfo del FMLN el pueblo empezó a ver que las políticas sociales del actual gobierno han beneficiado a los sectores vulnerables de este país. Lo anterior se refleja en las encuestas y estudios serios de opinión, en donde electoralmente le dan un triunfo al FMLN en esta segunda vuelta a celebrarse el próximo 9 de marzo. Los actos de corrupción de Arena y sus políticas de privilegio han conducido a dicho partido a que haya entrado en descomposición como es natural en la vida de un partido. Me decía el diputado Orestes Ortez que según sus estudios el partido de los oligarcas se verá reducido en el 2015 a una fracción de 10 diputados. Arena ha muerto.
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