Buenos Aires/Prensa Latina
Argentina conducirá durante los próximos 12 meses la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) por primera vez desde la fundación de esa entidad, con el desafío de afianzar la integración de la Patria Grande.
Cuando ciertos sectores daban por desterrado este foro regional, que aúna a 33 países sin la participación de Estados Unidos y Canadá y ahora el Brasil de Jair Bolsonaro, -quien decidió autoexcluirse-, la cumbre de cancilleres demostró que hay Celac para rato.
Una Celac que se muestra vigorosa, fortalecida y con nuevos bríos y a la que Argentina tocará guiar en estos difíciles meses, tal y como lo hizo en condiciones muy complejas durante casi dos años México, cuya labor fue ampliamente destacada en la XXII Reunión de ministros de Relaciones Exteriores. Por primera vez también Buenos Aires fue la sede de este evento, que devino momento de espaldarazo al país anfitrión, el cual fue electo por unanimidad y asumió el desafío de la presidencia pro témpore con 15 ejes concretos de proyección en busca de consolidar la integración en la diversidad.
Ejerceremos esta labor “con la convicción de quien cree que todos somos parte de una Patria Grande, aunque muchos hacen lo imposible por dividirnos y someternos con facilidad”, acotó durante su discurso el presidente Alberto Fernández.
Al respecto, significó que la Celac nació como un foro en favor de nosotros mismos, que siempre promovió el consenso y la pluralidad en un marco de convivencia democrática sin ningún tipo de exclusiones.
Con el mandato primordial de buscar consensos y el respeto entre las naciones, Argentina propuso en la cita varios puntos a trabajar en conjunto en estos meses, siempre con la agenda abierta, convocando a todos y escuchando todas las voces. Así lo enfatizó el canciller anfitrión, Santiago Cafiero, al plantear el plan de trabajo propuesto, que abarca temas como la pandemia, la educación, la salud, la colaboración en educación, el combate al cambio climático, el intercambio tecnológico, entre otros.
Una intensa jornada se vivió en el Palacio San Martín, con varias intervenciones de los cancilleres de la Celac, quienes coincidieron en fortalecer el multilateralismo, la unidad e integración, sin intervenciones ni injerencias.
Durante la jornada, varias naciones hermanas exigieron el fin del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba y condenaron las sanciones, arreciadas en tiempos de Covid-19. Al respecto, el canciller de Venezuela, Félix Plasencia, convocó a unirse para enfrentar las medidas coercitivas unilaterales de Estados Unidos y sus aliados y recordó que su país es víctima, desde hace más de una década, de esas acciones punitivas de Washington.
También hubo un masivo apoyo de los países participantes relativo a la soberanía de Argentina sobre las Islas Malvinas, territorio usurpado por el Reino Unido, y en las conversaciones que lleva adelante sobre la deuda monetaria pendiente con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, expresó su respaldo y solidaridad con la nación sudamericana “para la solución de la fraudulenta e ilegal deuda heredada que agobia a su pueblo”.
Rodríguez también ratificó la firme voluntad de preservar la Celac como mecanismo de concertación política genuinamente latinoamericano y caribeño y el inquebrantable compromiso con la integración regional y plena vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.
Uno de los momentos más importantes de la cita fue la rúbrica de un acuerdo dedicado a la adaptación frente al cambio climático y de respuesta integral a los desastres naturales.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, destacó la importancia de este fondo, uno de los primeros de su tipo en el mundo, y añadió que este programa tendrá su aplicación principal en el Caribe y su país y Argentina ya aportaron su contribución.